Navega por la costa de Barcelona en un yate amplio, disfrutando de cava o cerveza mientras la ciudad se despliega detrás. Con barra libre, snacks y parada para nadar en aguas cristalinas del Mediterráneo, olvidarás el tiempo. La tripulación amable y pequeños detalles —como historias locales o aprender palabras en catalán— hacen que esta experiencia sea mucho más que un simple paseo en barco.
Lo primero que me llamó la atención fue el suave murmullo del puerto: las cuerdas rozando los mástiles, un leve olor a diésel mezclado con la brisa marina. Nuestro capitán, Paolo (italiano, perfecto para esta belleza de 16 metros), nos recibió con una sonrisa y copas de cava antes de zarpar desde Marina Badalona. Dejé caer mi bolso en la cubierta y de inmediato me arrepentí de llevar zapatillas en vez de sandalias. El yate se sentía sólido pero sin ostentación: madera lisa bajo los pies y cojines que invitaban a tumbarse sin pensarlo.
Navegamos suavemente dejando atrás los barcos de pesca y de repente el skyline de Barcelona se abrió ante nosotros: esas torres puntiagudas y formas extrañas que apenas notas desde tierra. Paolo señaló la Sagrada Familia, difusa a lo lejos. Sonaba música, pero bajita, justo para acompañar el chapoteo del agua contra el casco. En un momento me pasaron una cerveza (barra libre hace que pierdas la cuenta rápido) y terminé charlando con Li, de Shanghái, sobre lo diferente que huele el Mediterráneo comparado con su casa. Ella intentó enseñarme una palabra catalana para gaviota — la pronuncié tan mal que casi se atraganta de la risa.
Después de una hora paramos para nadar. El agua estaba más fría de lo que esperaba, pero me despertó de una manera genial. Flotando ahí, mirando Barcelona con el sol reflejándose en los edificios de cristal, fue uno de esos momentos tranquilos que se quedan contigo. Aparecieron los snacks (aceitunas, patatas, nada sofisticado pero justo lo que necesitábamos). Por ahí andaban los delfines; Paolo dijo que los vio la semana pasada, pero esta vez no tuvimos suerte. No importó.
El crucero sale desde Marina Badalona.
Sí, incluye cava, cerveza, refrescos y agua gratis.
Sí, se ofrecen snacks a bordo durante el paseo.
Sí, hay una parada para nadar durante el crucero.
El yate mide 16 metros de eslora y es de fabricación italiana.
Sí, el yate cuenta con baño a bordo.
Sí, hay café y té disponibles a bordo.
El tour es apto para todos los niveles de condición física, pero no se recomienda para personas con lesiones de columna o problemas cardiovasculares graves.
Tu día incluye encuentro con el capitán profesional en Marina Badalona para una breve introducción antes de zarpar por la costa de Barcelona. Se sirven bebidas como cava, cerveza, refrescos, agua embotellada, además de café o té, junto con snacks ligeros para que te relajes a bordo o disfrutes de un baño—con baños siempre disponibles cerca.
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