Remarás desde Cala Granadella con un guía local hacia calas secretas y cuevas antiguas accesibles solo en kayak. Harás snorkel en aguas cristalinas llenas de peces, flotarás bajo acantilados imponentes y explorarás las misteriosas salas rocosas de la Cova del Llop Marí. Risas, sal en la piel y recuerdos que perduran mucho después de quitarte la arena.
Casi llego tarde porque no encontraba aparcamiento cerca de Cala Granadella — típico lío veraniego. Cuando por fin logré encajar el coche (con un par de maniobras arriesgadas), ya estaba sudando y algo nervioso. Nuestra guía, Marta, solo sonrió y me pasó una botella de agua fría como si aquello fuera de lo más normal. Comentó algo sobre el “ritmo mediterráneo” y todos nos echamos a reír. Ya parecía que compartíamos un secreto local.
Los primeros minutos remando fueron un poco tambaleantes — mis brazos no están hechos para el kayak — pero Marta se quedó cerca y bromeó diciendo que “los brazos Granadella” son toda una realidad. El mar estaba como un espejo azul, con ese olor salado en el aire y el canto de las cigarras entre los pinos. Seguimos la línea de los acantilados hasta que de repente llegamos a Cala en Caló, una cala diminuta a la que solo se puede acceder por mar. El agua parecía irreal, tan transparente que podías contar cada guijarro del fondo. Cuando me sumergí con la máscara, fue como nadar dentro de un acuario. Pececillos plateados por todas partes, la luz bailando sobre las rocas, y alguien detrás gritó al ver un pulpo escondido en una grieta.
No esperaba entrar en la Cova del Llop Marí — pensé que me echaría atrás — pero Marta nos animó a entrar uno a uno. Al principio está oscuro, pero los ojos se acostumbran y empiezas a ver esas formaciones rocosas salvajes encima, con gotas de agua fría cayendo sobre los hombros. Un chico intentó nombrar todos los colores de la piedra pero se rindió a mitad; es imposible describirlo todo. Dentro reinaba un silencio extraño, solo roto por nuestra respiración y el chapoteo del agua contra los kayaks — era un poco inquietante pero también muy tranquilo. Difícil de explicar.
De vuelta nos dejamos llevar un rato sin remar, flotando con la corriente bajo esos acantilados enormes que te hacen sentir pequeño de la mejor manera. Me sorprendí pensando en lo diferente que se ve Jávea desde aquí — más salvaje, más auténtica. Mis manos olían a sal y neopreno horas después (y no me quejo). Si tienes aunque sea un poco de curiosidad por el kayak o el snorkel por esta zona, este tour en kayak por Cala Granadella merece la pena perderse.
Hay aparcamiento, pero suele estar muy lleno en verano; conviene llegar temprano para encontrar sitio.
No, no hace falta experiencia; los guías ayudan a los principiantes durante todo el recorrido.
Incluye bolsas impermeables, escarpines, equipo de snorkel, chaleco salvavidas y pala de carbono, todo lo necesario para kayak y snorkel.
Sí, niños de 4 a 12 años pueden unirse si van acompañados por un adulto; hay asientos especiales para bebés.
Sí, es accesible para sillas de ruedas y se permiten animales de servicio.
Se permiten mascotas de hasta 25 kg si llevan su propio chaleco salvavidas.
El tiempo varía, pero se hacen varias paradas en puntos panorámicos antes de llegar a cada cueva.
Sí, el equipo de snorkel está incluido y hay paradas guiadas para nadar en calas apartadas.
Tu día incluye bolsas impermeables para tus cosas, almacenamiento seco en el campamento base para que nada se moje o ensucie de arena, chaleco Helly Hansen y pala ligera de carbono para mayor comodidad en el agua, además de escarpines y equipo completo de snorkel. Un guía local amable te acompaña en todo momento, desde la salida hasta el baño en las cuevas, para que nunca te sientas perdido ni apurado.
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