Entra en un estudio luminoso en Barcelona y aprende la famosa técnica del trencadís de Gaudí con una artesana local premiada. Escoge tu proyecto — una salamandra o un marco de fotos — y deja volar tu creatividad con teselas de colores y una guía cercana. No hace falta experiencia, solo curiosidad y ganas de crear. Te llevarás un recuerdo único hecho a mano (tras el rejuntado) y momentos que duran más que el pegamento.
Ya estábamos hasta las manos entre teselas de colores cuando Angelika, nuestra anfitriona, sonrió y dijo: “Lo estás haciendo justo como Gaudí — rompiendo para crear algo nuevo”. Nunca había probado el mosaico antes, y mucho menos la técnica del trencadís que ves por toda Barcelona. El estudio olía a pegamento y polvo de cerámica, y la luz del sol se movía sobre las mesas de trabajo. Cada vez que alguien elegía una pieza nueva, se escuchaba un suave tintineo que resultaba hasta relajante.
Elegí una base de madera con forma de salamandra (no pude resistirme — me recordó al Parc Güell), mientras mi pareja optó por un marco para fotos. Angelika nos enseñó a usar las tenazas para cortar las teselas sin que volaran pedazos por todas partes. Nos contó historias de sus proyectos de restauración en Casa Batlló; su acento catalán hacía que hasta lo más técnico sonara cercano y cálido. Mis dedos se pegaron rápido — seguro usé demasiado pegamento — pero a nadie le importó. A nuestro lado había una pareja alemana haciendo corazones a juego para sus gemelos en casa. Todos nos reímos cuando intenté pronunciar “trencadís” bien; todavía no logro ese ‘r’ vibrante.
¿Lo mejor? No necesitas ninguna habilidad artística. Solo paciencia y un poco de imaginación. Los colores para elegir eran una locura — azul cobalto, amarillo sol, verde intenso — así que intenté copiar las escamas de la lagartija de memoria, pero acabé haciendo unos remolinos raros. Fue liberador no preocuparme por la perfección por una vez. Lo único es que no puedes llevarte tu pieza al momento porque la granean después de que terminas (la mía estuvo lista esa misma tarde). Salir al aire libre de Barcelona con polvo de cerámica en las manos me llenó de orgullo. Aún tengo esa salamandra en mi estantería; a veces me sorprendo pasando el pulgar por su superficie rugosa y recordando esa mañana en el taller.
El taller dura aproximadamente 2 horas.
Sí, es familiar y apto para todas las edades.
No, el personal debe rejuntar tu pieza; podrás recogerla esa misma tarde o al día siguiente si terminas tarde.
No, no se requiere experiencia; los principiantes son bienvenidos.
Puedes elegir entre teselas de vidrio o cerámica para tu proyecto.
Sí, todas las áreas son accesibles para sillas de ruedas.
El estudio está en el centro de Barcelona, con varias opciones de transporte público cerca.
La propietaria Angelika Heinbach, una artesana premiada, suele ser la anfitriona de las sesiones.
Tu experiencia incluye un taller práctico de mosaico usando teselas de cerámica o vidrio (tú eliges), todas las herramientas y materiales, guía cercana de una artesana local experta y ayuda para rejuntar tu obra terminada, que podrás recoger después. No se necesita experiencia y es totalmente accesible para todos.
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