Recorre el Barrio Gótico de Barcelona con un guía local al caer la tarde, disfruta flamenco en vivo en Los Tarantos con una copa en mano y comparte una cena de tapas en buena compañía. De piedras milenarias a risas con patatas bravas, una noche para recordar mucho después de dejar Cataluña.
“¿Ves esa piedra?” nos preguntó Marta, nuestra guía, mientras tocaba la pared cerca de Plaça Catalunya. “Es más vieja que tu país.” Sonrió y yo reí — no estaba equivocada. Apenas comenzaba nuestro tour nocturno por el Barrio Gótico de Barcelona y ya percibía un aroma terroso en el aire, como lluvia antigua sobre piedra. La ciudad se sentía distinta tras el anochecer — más tranquila, pero nada dormida. Había niños jugando al balón en un callejón y alguien cantaba suave desde una ventana arriba. Marta nos llevó por callejuelas tan estrechas que casi rozaban mis hombros si extendía los brazos (no lo intenté — demasiada gente mirando).
Perdí la noción del tiempo mientras paseábamos entre ruinas romanas y pequeñas plazas que parecían surgir de la nada. La plaza de Sant Felip Neri era especialmente curiosa — hermosa pero con un aire pesado, con la luz de las velas parpadeando sobre muros llenos de cicatrices. Marta nos contó la historia del lugar; no la voy a revelar, pero me hizo detenerme un momento antes de seguir. Cuando llegamos a Los Tarantos en Plaça Reial para el espectáculo de flamenco, mis pies estaban cansados pero la cabeza me daba vueltas. El tablao era más pequeño de lo que imaginaba, casi apretado, pero cuando empezaron los bailaores — impresionante. El zapateado retumbaba en el suelo de madera y se sentía hasta en el asiento. Intenté aplaudir al ritmo (mal, claro), y uno de los guitarristas me guiñó un ojo cuando me salí del compás.
Después llegaron las tapas — pan tostado frotado con tomate (quizás me pasé), croquetas que quemaron un poco mi lengua, y unas berenjenas fritas con miel que todavía recuerdo cuando me entra hambre de noche. Todos apretados alrededor de una mesa, compartiendo historias de casa mientras afuera alguien tocaba el saxofón bajo las luces del arco. No era nada pretencioso ni montado; solo buena comida y gente que no se molestaba si te trababas con el español.
El tour comienza en Plaça Catalunya, que marca la frontera entre la Barcelona moderna y la antigua.
Sí, disfrutarás de un show de flamenco en vivo de 40 minutos en Los Tarantos, en Plaça Reial.
El menú de tapas incluye pan tostado con tomate, croquetas de jamón ibérico, berenjenas con queso y miel, patatas bravas con alioli y salsa casera, albóndigas con tomate, calamares fritos y más.
La caminata guiada por el Barrio Gótico dura unas dos horas antes de la cena.
Sí, bebés y niños pequeños pueden unirse y usar cochecito o carrito.
Sí, hay opciones de transporte público cerca tanto del punto de inicio como de las paradas principales.
Un guía local profesional conduce el tour en inglés.
Tu noche incluye una caminata guiada de dos horas por el Barrio Gótico con un experto local, entrada a Los Tarantos para un show de flamenco en vivo (con bebida), y una cena completa de tapas con platos clásicos catalanes antes de que sigas la noche a tu ritmo.
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