Camina por los pasillos de piedra del Castillo de Predjama y súbete a un tren curioso que te lleva a las frías profundidades de la Cueva de Postojna—todo en un grupo pequeño con una guía local que da vida a las leyendas eslovenas. Prepárate para aire fresco, escaleras irregulares, criaturas extrañas (sí, de verdad) y historias que querrás contar mucho después de volver a Ljubljana.
¿Te has preguntado alguna vez cómo se siente entrar en un castillo construido en una roca? Así empezó nuestra tarde, saliendo de Ljubljana en una furgoneta cómoda con solo seis personas más. Nuestra guía, Ana, tenía una forma única de mezclar leyendas locales con bromas secas—llamó a Erazem de Predjama “el Robin Hood esloveno, pero más gruñón.” El castillo parecía casi irreal, aferrado a la pared rocosa sobre el pueblo. Dentro, olía un poco a piedra antigua y cera para madera. No podía dejar de tocar las paredes rugosas—frías incluso en junio—y me imaginaba cómo sería vivir aquí durante un asedio. Subimos un montón de escaleras irregulares (Ana nos avisó), pero nadie tenía prisa. En un momento sentí una corriente de aire que entraba por una saetera y pensé, sí, aquí se nota el invierno de verdad.
El viaje hasta la Cueva de Postojna duró unos treinta minutos—suficiente para que Ana nos pasara unos caramelos raros de la zona (¿regaliz? No estoy seguro) y nos contara sobre el “pez humano” que vive en la cueva. La entrada estaba animada pero sin agobios; muchas familias, algunos turistas franceses charlando alto. Luego vino el paseo en el mini tren—un poco kitsch pero divertido, pasando rápido entre formaciones de piedra caliza que parecían sacadas de una película de ciencia ficción. El aire bajó rápido a 9°C; mi aliento empañó mis gafas y deseé haber traído calcetines más gruesos. Nuestro guía en la cueva señaló unas salamandras translúcidas escondidas en charcos—todos nos acercamos para fotos, pero nunca se sintió apresurado ni falso.
Sigo pensando en ese silencio que retumba cuando paramos en lo profundo de la caverna—ese tipo de silencio que te hace susurrar sin saber por qué. De regreso, alguien le preguntó a Ana si alguna vez se cansa de estos lugares. Ella solo sonrió y dijo, “Cada vez es diferente.” Así que sí, si buscas una excursión desde Ljubljana que no sea solo para tachar lugares, esta te queda grabada más de lo que imaginas.
El trayecto en minivan desde el centro de Ljubljana hasta la Cueva de Postojna dura unos 45 minutos.
No, la recogida es en un punto de encuentro central en Ljubljana, no en hoteles individuales.
La temperatura dentro de la cueva ronda los 9°C, así que se recomienda llevar ropa abrigada.
Sí, hay varias escaleras en el castillo, pero el ritmo es tranquilo y accesible para la mayoría de visitantes.
Los grupos son pequeños, con un máximo de ocho personas por furgoneta.
No, solo incluye transporte y visitas guiadas, no el almuerzo.
No, las entradas no están incluidas; consulta al reservar para más detalles sobre los tickets.
Durante la visita guiada a la Cueva de Postojna puedes tener la oportunidad de ver al proteo, conocido como “pez humano,” en sus charcos.
Tu tarde incluye transporte cómodo en minivan con aire acondicionado desde el centro de Ljubljana, guía local experto que habla inglés, visitas tranquilas al Castillo de Predjama y la Cueva de Postojna, y muchas historias en el camino antes de regresar juntos a la ciudad.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?