Si buscas una aventura auténtica cerca de Bovec, el cañonismo en Sušec es difícil de superar. Saltarás, te deslizarás, nadarás y reirás mucho con guías locales que conocen cada rincón escondido del cañón.
Llueva o truene, el aire en Bovec siempre se siente fresco, sobre todo cuando te pones el traje de neopreno en la salida. Nuestro guía Luka repartía cascos mientras bromeaba diciendo que “las cascadas eslovenas son mejor que el café”. La caminata hasta el Cañón Sušec es corta, unos 10 minutos entre pinos que huelen a bosque. Primero escuchas el agua antes de verla, un murmullo mezclado con el canto de los pájaros.
La primera poza parecía más fría de lo que en realidad estaba. Me metí y ese choque despertó todos mis sentidos, mejor que cualquier espresso. Nos turnamos para saltar desde salientes (algunos más altos de lo que parecen desde abajo), deslizarse por toboganes naturales de roca lisa y dejar que los guías nos bajaran con cuerda en las caídas más grandes. Hay un lugar donde caes justo junto a una pared cubierta de musgo y se siente el aroma a piedra mojada y menta silvestre. Entre salto y salto, flotábamos de espaldas un rato, viendo cómo la luz del sol se colaba entre las hojas.
¡Para nada! Si sabes nadar y te sientes cómodo en el agua, estás listo. Los guías te explican todo paso a paso.
Sólo tu bañador y una toalla. El resto del equipo—traje de neopreno, casco y zapatos especiales—te lo damos allí.
Es apto para la mayoría de niveles físicos, pero no se recomienda para quienes tengan problemas de espalda o cardíacos. A los niños les suele encantar si saben nadar bien.
Tu traje de neopreno, casco, arnés y zapatos especiales para cañones están incluidos. También el transporte privado desde Bovec y fotos para que no tengas que preocuparte por mojar tu móvil.
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