Camina por los pasillos de piedra de la prisión de Peterhead con un audio guía en tus oídos — historias reales de exoficiales, vistas cercanas a los primeros vagones ferroviarios estatales del Reino Unido y detalles del intenso asedio del SAS. Prepárate para paredes frías y voces sinceras que permanecen después de irte.
No esperaba sentir un escalofrío tan pronto, pero ahí estaba — no solo por el frío de la piedra en la prisión de Peterhead, sino algo en el ambiente desde que cruzamos esas pesadas puertas. El lugar no intenta asustarte, simplemente lo logra. Al inicio te dan el equipo de audio (yo tuve que pelearme un rato con el mío — la tecnología y yo no siempre nos llevamos bien), y entonces parece que las paredes empiezan a hablar. Voces reales de exoficiales, directas y con ese acento escocés, contándote lo que realmente pasó aquí. Más de una vez me sorprendí bajando el paso para escuchar mejor.
Nuestro guía — bueno, no estaba encima todo el rato, solo nos indicó que no nos perdiéramos los viejos vagones del tren escondidos detrás de una ala. “El primer ferrocarril penitenciario estatal de Gran Bretaña,” dijo, casi con orgullo. El metal estaba frío al tocarlo (no pude evitarlo), y olía a aceite y óxido. Hay algo en ver esos vagones desgastados que te hace entender todo lo que pasó por esas puertas — personas, suministros, historias que nadie cuenta fuera.
La parte del asedio del SAS en 1987 fue la que más me sorprendió. El audio baja el volumen antes de esa sección, como si hasta el edificio lo recordara. Cuatro días atrapados aquí — no me lo imagino. Alguien cerca susurró “el Alcatraz de Escocia” — curioso cómo algunos lugares se ganan reputaciones que se pegan más que la pintura en estas viejas paredes.
Me fui pensando en esos pequeños momentos — la risa de un guardia resonando por un pasillo en la grabación, o cómo la luz apenas entra por algunas ventanas (las nubes de Aberdeenshire no ayudan). No es un lugar bonito, pero se queda contigo más tiempo del que crees.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, tu entrada incluye un equipo de audio premiado.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carrito.
Sí, los animales de servicio están permitidos en todo el museo.
La duración varía, pero la mayoría de visitantes pasan entre 1 y 2 horas explorando a su ritmo.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
El tour abarca 125 años de historia, incluyendo el primer ferrocarril penitenciario estatal y el asedio del SAS en 1987.
Tu visita incluye la entrada al museo de la prisión de Peterhead con un equipo de audio premiado para que explores a tu ritmo; todo es accesible para sillas de ruedas y las familias con cochecitos o animales de servicio son bienvenidas.
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