Recorre la Royal Mile de Edimburgo con un guía local que revive su historia oscura — desde lugares de ejecuciones en la Catedral de St. Giles hasta tumbas secretas cerca de The Canongate. Prepárate para escuchar relatos de asesinos, peste y tradiciones extrañas que aún laten en estas piedras milenarias. Verás las sombras de Edimburgo con otros ojos.
Comenzamos recorriendo la Royal Mile, con el eco de nuestros pasos sobre las piedras antiguas, siguiendo a nuestra guía —creo que se llamaba Isla— que llevaba un cuaderno gastado lleno de datos curiosos y bromas raras. Tenía la habilidad de detenerse justo antes de contar las partes más macabras, dejando que el silencio te envolviera. El aire olía a humedad, como a musgo y papel viejo. No podía evitar mirar hacia arriba, a esos edificios torcidos, imaginando qué (o quién) habría sido arrojado por una ventana hace siglos. No es un tour de fantasmas, pero la verdad es que no hacen falta sustos cuando te cuentan ejecuciones reales en lugares donde hoy la gente solo hace cola para un café.
Paramos en lo que parecía un aparcamiento común, pero Isla nos explicó que antes fue otra cosa completamente distinta —al parecer, uno de los personajes más polémicos de Escocia está enterrado ahí. Nos habló de Sir Walter Scott y del Old Tollbooth; nunca había oído hablar del “Heart of Midlothian”, pero de repente entendí por qué la gente escupe en ese lugar (ella lo demostró —no voy a mentir, me reí). Las historias se fueron poniendo más oscuras: ejecuciones dentro de la Catedral de St. Giles (jamás lo habría imaginado), fosas de la peste bajo nuestros pies y una tradición loca con orinales que todavía intento olvidar.
Cerca de la Casa de John Knox, Isla bajó el ritmo para que pudiéramos apreciar cómo la arquitectura del siglo XVI se retuerce sobre sí misma —la llamó “auténtica”, y me hizo pensar qué es lo que realmente es real en una ciudad construida sobre huesos y secretos. Cuando llegamos al cementerio de The Canongate, el crepúsculo ya se había instalado. Se creó un silencio extraño en el grupo mientras hablaba de ladrones de cuerpos y caníbales; hasta el ruido del tráfico pareció desvanecerse por un momento. Alguien preguntó si creía en fantasmas —ella solo sonrió y dijo que Edimburgo no necesita fantasmas para estar embrujada.
El tour es apto para todas las edades y niveles físicos; los bebés pueden ir en cochecito.
Se habla de la Catedral de St. Giles y su historia, pero no se especifica la entrada al interior.
La ruta sigue la Royal Mile con varias paradas, incluyendo la Casa de John Knox y The Canongate.
Sí, todas las zonas y superficies son accesibles para sillas de ruedas; también se permiten animales de servicio.
No hay disfraces ni actores; solo se comparten historias históricas reales contadas por tu guía.
No incluye recogida en hotel; el punto de encuentro es en la Royal Mile con el guía.
Tu tarde incluye un guía local en persona que te lleva por la Royal Mile de Edimburgo, pasando por sitios históricos como la Casa de John Knox y la Catedral de St. Giles — todo accesible para sillas de ruedas o cochecitos, con muchas historias que seguro no olvidarás pronto.
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