Verás los iconos de Dubái —desde palacios reales hasta bulliciosos souks— en solo medio día. Navega en abra por Dubai Creek y pasea por mercados llenos de colores y aromas inolvidables.
Comenzamos la mañana en el Palacio Zabeel, donde el aire se sentía un poco más fresco bajo la sombra de las viejas palmeras. Nuestro guía compartió historias sobre la familia real de Dubái; sinceramente, nunca imaginé cuánta historia se esconde tras esos portones dorados. Unos pavos reales paseaban por los jardines, regalándonos fotos inesperadas.
La siguiente parada fue Palm Jumeirah. Al conducir por la media luna, da la extraña sensación de estar sobre una tierra que no debería existir: ¡toda esta isla es artificial! La vista desde Atlantis The Palm es impresionante; rascacielos a un lado, mar abierto al otro. Paramos a tomar un café rápido en una pequeña cafetería cercana (no recuerdo el nombre, pero su té de cardamomo estaba perfecto).
El trayecto por Sheikh Zayed Road se siente como atravesar un cañón de cristal y acero. Nuestro conductor señaló edificios que solo había visto en revistas. Está lleno de vida: taxis por todas partes, locales apresurados al trabajo, bocinas sonando un poco más fuerte de lo habitual.
Luego apareció Burj Al Arab. Aunque lo hayas visto en fotos, verlo de cerca —con su forma de vela justo al borde del agua— es otra cosa. No entramos (eso queda para otro tour), pero desde la playa pública cercana tienes el ángulo perfecto para las fotos.
Después nos dirigimos a Dubai Creek para un paseo en abra. La barca de madera se mecía suavemente mientras cruzábamos; se percibían aromas de especias y oud que llegaban desde los mercados cercanos. Es ruidoso, pero en el mejor sentido: niños riendo, vendedores ofreciendo sus productos.
El Gold Souk estaba lleno de compradores y escaparates brillantes. Probé una pulsera solo por diversión; el tendero bromeó diciendo que tenía “gusto caro”. Justo al lado está el Spice Souk; honestamente, aquí huele increíble: azafrán, canela, limones secos mezclados. Si te gusta cocinar o simplemente tienes curiosidad por nuevos sabores, este lugar es un paraíso.
Última parada: Burj Khalifa. Aunque no subas a la plataforma de observación (no incluida), estar a sus pies te hace sentir pequeño de la mejor manera. Terminamos con unas fotos rápidas antes de regresar al hotel, cansados pero felices de haber aprovechado tanto en solo medio día.
¡Sí! La ruta es tranquila y hay mucho para mantener a los niños entretenidos, desde paseos en barco hasta mercados coloridos.
No se entra a estos monumentos en este tour; se trata más de verlos de cerca y tomar buenas fotos desde afuera.
Lo mejor es ropa ligera —¡Dubái hace calor incluso en invierno! Lleva gafas de sol y quizá un sombrero para protegerte del sol.
Este tour es compartido, así que espera grupos pequeños viajando juntos en un vehículo con aire acondicionado.
Tu asiento en un vehículo con aire acondicionado; recogida y regreso a tu hotel en cualquier lugar de Dubái; comentarios guiados por expertos locales que conocen la ciudad al detalle.
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