Bajas del avión en el aeropuerto de San Salvador y ves a tu conductor esperándote —sin prisas ni estrés. Súbete a un coche o van privado, charla con tu conductor local (quizá practiques un poco de español) y disfruta del paisaje salvadoreño mientras vas a Decameron Salinitas. El tráfico puede ser impredecible, pero tendrás a alguien pendiente de ti —y ese primer momento de calma en el resort vale todo el viaje.
Lo primero que sentí al salir del aeropuerto de San Salvador fue ese aire denso y húmedo que parecía abrazar mi camisa. Ahí estaba mi nombre en un cartel, sostenido por un hombre llamado Carlos que sonreía cuando le saludé (incluso me ayudó con una maleta rebelde). El viaje comenzó tranquilo, pasando por pequeños puestos a la orilla del camino y familias saludando a los autobuses. Había leído sobre el tráfico en La Libertad, pero no esperaba que la gente simplemente... esperara. Carlos se encogió de hombros y me dijo que ha estado peor desde que comenzaron las obras. Tenía una lista de cumbia vieja sonando, que hacía que las paradas y arranques fueran menos molestas de alguna forma.
La carretera serpenteaba entre colinas verdes y luego se abría cerca de campos de caña de azúcar que brillaban casi plateados con el sol de la tarde. En un momento pasamos junto a un camión que vendía mango en rebanadas —Carlos dijo que sabe mejor con chile en polvo, pero se rió cuando intenté pedirlo en español (creo que lo arruiné). El auto olía ligeramente a ambientador de coco. Charlamos un poco sobre su familia que vive cerca de Sonsonate; él revisaba su teléfono para ver actualizaciones del vuelo, y eso me hizo dar cuenta de lo mucho más fácil que era esto que andar buscando buses o taxis después de un vuelo largo.
Me quedé dormido un rato —el viaje dura unas tres horas si el tráfico no se pone pesado— y desperté justo cuando llegábamos al Royal Decameron Salinitas. La luz era suave y todo se sentía tranquilo, salvo el sonido lejano de las olas. Sinceramente, después de tanto ruido en el aeropuerto, estar ahí en calma fue un alivio en sí mismo. No sé por qué eso me quedó tan grabado.
El trayecto dura aproximadamente tres horas, dependiendo del tráfico, especialmente cerca de La Libertad donde hay obras que pueden retrasar.
Sí, tu conductor te esperará en el aeropuerto con un cartel con tu nombre para que sea fácil encontrarte.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o silla durante el traslado.
Este servicio es privado y exclusivo para el tamaño de tu grupo.
Sí, el seguimiento del vuelo está incluido para ajustar la hora de recogida si llegas antes o con retraso.
El servicio te deja directamente en el Royal Decameron Salinitas o de regreso en el aeropuerto de San Salvador.
Tu viaje incluye recogida privada en el Aeropuerto Internacional de San Salvador (o regreso), combustible cubierto, entrega flexible solo en destinos listados como Royal Decameron Salinitas, espacio para cochecitos si viajas con niños, todo con un conductor local que sigue tu vuelo para que no te preocupes por retrasos.
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