Comienza en el puerto de Alejandría y sigue a tu guía local hasta el corazón de El Cairo—camina entre tesoros milenarios en el Museo Egipcio, siente la sombra de las pirámides de Giza, prueba un paseo en camello y explora el laberinto del bazar Khan el-Khalili antes de regresar con nuevas historias.
Jamás olvidaré lo silencioso que se sentía el minibús al salir del puerto de Alejandría esa mañana—quizá eran los nervios, o ese aire suave y salado del Mediterráneo. Nuestro guía, Amr, nos recibió con una sonrisa enorme y un cartel con mi nombre (siempre me da un poco de vergüenza eso). Tenía historias preparadas antes de que siquiera tomáramos la autopista hacia El Cairo. El viaje duró más de lo que esperaba—casi tres horas—pero ver cómo el paisaje cambiaba de la costa azul al dorado del desierto me hipnotizaba. Amr señalaba pequeños puestos de té al borde del camino y bromeaba que ni él se resiste a parar para tomar un té de menta dulce. Creo que hasta me dormí un rato.
El Cairo era un ruido que casi se siente bajo la piel. Primera parada: el Museo Egipcio. Huele a papel antiguo y polvo de piedra—difícil de describir, pero lo reconocerás al instante. Amr nos llevó directo a la máscara de Tutankamón (lo llamó “el rey niño”, lo que me sacó una sonrisa), pero la verdad me perdí admirando los amuletos tallados y las vendas de lino desgastadas. Hubo un momento en que un grupo de niños de escuela se reunió alrededor de una estatua, riendo y señalando—me encantó ver esa mezcla de energía joven y antigua en un mismo lugar.
Luego llegaron las pirámides de Giza. Crees saber cómo son por las fotos, pero estar ahí es otra cosa. El aire se sentía seco y cortante; la arena se metió en mis zapatos al instante (¡lleva calcetines!). Tomamos las clásicas fotos panorámicas de las pirámides—Amr insistió en hacer unas veinte porque “la luz cambia cada minuto”. El paseo en camello fue tan movido como prometieron; el mío no paraba de girar la cabeza como si juzgara mi equilibrio. La Esfinge me pareció más pequeña de lo que imaginaba, pero igual de misteriosa de cerca.
El bazar Khan el-Khalili fue el último destino—un torbellino de colores y sonidos: lámparas de cobre, especias, gritos en árabe, alguien vendiendo pan fresco en la esquina. Intenté regatear por una bufanda (fatal), y Amr se rió cuando pronuncié mal algo—todavía no sé qué dije. El almuerzo fue sencillo pero delicioso: pollo a la parrilla, arroz y baba ganoush ahumado. Sentado ahí, con polvo en los jeans y un té de menta en la mano, me di cuenta de cuántas capas tiene Egipto—no las descubres todas en un día desde el puerto de Alejandría, pero sí pruebas un poco. Eso se queda contigo.
El trayecto dura alrededor de tres horas en cada dirección en un minibús con aire acondicionado.
Sí, el almuerzo en un restaurante egipcio está incluido en el tour.
Sí, el tour incluye recogida y regreso privados al puerto de Alejandría.
No, el paseo en camello de 30 minutos cerca de las pirámides ya está incluido en el paquete.
El tour incluye un guía egiptólogo cualificado que habla inglés.
Sí, se pueden solicitar opciones vegetarianas al hacer la reserva.
Tendrás tiempo suficiente para explorar cada sitio sin prisas; los tiempos pueden variar según el tráfico y el ritmo del grupo.
El tour es adecuado para todos los niveles físicos; los niños deben ir acompañados por un adulto.
Tu día incluye recogida y regreso privados desde el puerto de Alejandría en un minibús con aire acondicionado, visitas guiadas por un egiptólogo experto al complejo de pirámides de Giza (con parada en la Esfinge) y al Museo Egipcio en El Cairo, entradas incluidas, paseo en camello de 30 minutos cerca de las arenas de Giza (sin necesidad de reservar aparte), agua embotellada para combatir la sequedad del desierto, tiempo libre para perderte en las calles del bazar Khan el-Khalili y comprar recuerdos artesanales o simplemente observar a la gente, y almuerzo en un restaurante egipcio antes de regresar a la costa.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?