Recorrerás la meseta de Giza con un fotógrafo local que conoce todos los atajos para evitar multitudes y conseguir las mejores fotos. Disfruta de momentos naturales junto a la Esfinge, risas auténticas en lugar de poses forzadas, y recibe 15 fotos editadas directo a tu correo tras la sesión. No se trata de sonrisas perfectas, sino de sentirte parte de Egipto por una tarde.
Para ser sincero, casi me doy la vuelta cuando vi la cantidad de gente en la meseta de Giza esa mañana. Pero entonces Ahmed (nuestro fotógrafo) me llamó con una sonrisa como si hubiera encontrado a un viejo amigo. Tenía esa habilidad de hacerte olvidar que estás posando frente a uno de los lugares más famosos del mundo. “No te preocupes por la multitud”, me dijo, “sabemos dónde ir”. Y realmente lo sabía: terminamos en un punto panorámico donde las nueve pirámides se alineaban en la bruma. El aire del desierto olía un poco a piedra caliente y polvo de camello, si eso tiene sentido.
No soy muy natural frente a la cámara (mis manos nunca saben qué hacer), pero Ahmed seguía hablando de sus snacks egipcios favoritos y de alguna manera captó mi risa a mitad de frase. En un momento, un niño que vendía postales intentó enseñarme a decir ‘Esfinge’ en árabe—digamos que no lo logré. El viento se levantó mientras nos acercábamos a la Esfinge, y recuerdo pensar lo curiosamente pequeña que parecía comparada con su fama. Aun así, impresionante, sobre todo con la Gran Pirámide de fondo. Ahmed tomó algunas fotos más ahí, mostrándome las previas en su cámara para que no me sintiera incómodo o rígido.
La sesión duró unas dos horas, más o menos. No se sintió apresurada para nada. Caminamos entre distintos puntos mientras Ahmed señalaba detalles pequeños—como que desde ciertos ángulos se puede ver el borde de El Cairo si miras más allá de la arena. Al final, tenía las zapatillas llenas de polvo y las mejillas me dolían de tanto sonreír (de verdad). Me prometió que en poco tiempo recibiría 15 fotos editadas, lo cual me pareció un gesto generoso considerando cuántas veces parpadeé o miré para otro lado. Todavía pienso en esa vista de las nueve pirámides en fila—se me quedó grabada más que cualquier recuerdo material.
La sesión dura alrededor de 2 horas.
No hace falta experiencia; tu guía te ayudará a posar de forma natural.
Recibirás hasta 15 fotos editadas por persona después de la sesión.
No necesitas traer cámara; el fotógrafo lleva todo el equipo.
Es una sesión en grupo; sesiones privadas están disponibles bajo petición.
Los puntos clave son la vista panorámica de las nueve pirámides y fotos junto a la Esfinge y la Gran Pirámide.
No incluye recogida en hotel, pero hay opciones de transporte público cerca.
Sí, está abierto para viajeros solos, parejas, familias, grupos e incluso propuestas o compromisos sorpresa.
Tu día incluye un paseo fotográfico guiado por la meseta de Giza con paradas en miradores panorámicos de las pirámides y tomas cercanas a la Esfinge y la Gran Pirámide; recibirás hasta 15 fotos editadas profesionalmente en formato digital tras la sesión—no necesitas experiencia ni cámara propia.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?