Baja al cráter volcánico de Quilotoa para ver de cerca su laguna turquesa (o sube en mula si prefieres). Calienta energías con un almuerzo local antes de conocer a los artistas de Tigua en su taller—mira cómo pintan o atrévete a probar. Termina con vistas panorámicas al cañón antes de volver a Quito con nuevas historias y, quizás, piernas cansadas.
Ya estábamos recorriendo los páramos cuando me di cuenta de lo lejos que queda Quito de la Laguna Quilotoa—tres horas de viaje, pero no se sintió tan largo. Nuestro guía, Andrés, señalaba detalles que yo jamás habría notado: un campesino con un poncho rojo brillante cuidando sus ovejas, cómo las nubes se movían lentamente como bailarinas sobre los Ilinizas. Las ventanas del bus se empañaban cada vez que subíamos más alto. Alguien atrás empezó a tararear bajito; encajaba perfecto con el ambiente.
La primera emoción verdadera llegó en el mirador comunitario. El viento cortaba de verdad, y de repente apareció: ese azul turquesa salvaje dentro de un volcán antiguo. Empezamos a bajar hacia la laguna (el camino es polvoriento y algo resbaloso, aviso). Traté de no pensar en la subida después. Andrés se rió al ver mi cara y dijo: “No te preocupes, si quieres siempre puedes subir en mula.” Algunos lo hicieron. Yo bajé caminando y mis piernas todavía lo recuerdan.
El almuerzo fue sencillo pero rico—sopa caliente y arroz con pollo en un local atendido por gente del lugar. Aún recuerdo ese olor ahumado adentro, mezcla de leña y algo dulce que no supe identificar. Después paramos en un taller en Tigua. Los artistas pintaban escenas diminutas sobre madera—colores vivos por todos lados, gallos, montañas y gente saludando con dedos manchados de pintura. Una mujer me dejó probar con el pincel; se rió cuando la embarré (fue amable). Luego seguimos hacia el mirador del Cañón Toachi para la última vista antes de regresar a Quito. Esa luz sobre los acantilados… difícil de explicar.
El viaje dura unas tres horas por tramo; es un tour de día completo con paradas incluidas.
La subida es empinada y puede ser dura; hay mulas para alquilar con los locales si lo necesitas.
El almuerzo está incluido durante la excursión después de visitar la laguna.
Se para en un taller artesanal en Tigua y en el mirador del Cañón Toachi antes de regresar.
El tour incluye transporte turístico, pero consulta con el proveedor para detalles exactos de recogida.
Sí, todas las entradas están incluidas en el precio del tour.
La caminata puede ser exigente; no se recomienda para quienes tengan problemas físicos o de salud.
Tu día incluye guía bilingüe en inglés o español, todas las entradas en la ruta, transporte turístico de Quito a la Laguna Quilotoa y regreso, además de un almuerzo contundente tras la caminata o paseo en mula hasta la orilla antes de continuar hacia los talleres artesanales de Tigua y el mirador del Cañón Toachi.
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