Sumérgete en las alturas salvajes del Parque Nacional Cajas con un guía local desde Cuenca, recorre lagos glaciares y antiguos bosques de Polylepis, y disfruta de un almuerzo con trucha fresca antes de regresar — un día lleno de contrastes y momentos de calma que recordarás mucho después de que se despejen las nubes.
No esperaba que el aire se sintiera tan intenso cuando salimos cerca de Toreadora — es como si el viento trajera un poco de los Andes directo a tus pulmones. Nuestro guía, Diego, sonrió al verme temblar y dijo que siempre es así aquí arriba, aunque Cuenca parezca cálida a solo una hora. El viaje fue tranquilo, salvo cuando Diego señalaba qué lado de la carretera llevaba el agua de lluvia hacia el Pacífico o el Atlántico. Nunca me había parado a pensar en las divisorias continentales — esas cosas que escuchas en la escuela pero no imaginas hasta que estás parado ahí, con las botas hundiéndose en un musgo esponjoso.
La caminata por el Parque Nacional Cajas empezó despacio, principalmente porque me detenía a admirar los lagos (hay muchísimos — Diego dijo que más de 700). El suelo se sentía blando bajo los pies y a veces olía a tierra mojada mezclada con algo casi metálico. Pasamos junto a unos árboles de Polylepis retorcidos que parecían pelados por el viento durante siglos. Toqué la corteza y se sentía como papel, casi frágil. Hubo un momento en que todo quedó en silencio salvo algunos cantos de aves lejanas — no supe qué especie — pero Diego dijo que con suerte podríamos ver un tucán más tarde en Llaviuco. No fue nuestro día, pero la verdad no me importó.
El almuerzo fue trucha en un pequeño restaurante camino a Cuenca. Sabía fresca, probablemente porque venía de alguno de esos lagos que acabábamos de recorrer. En otra mesa alguien intentó pedir en español y se enredó; todos se rieron, incluida la mesera. Estar ahí después de tanta caminata se sentía fácil — ¿sabes esa sensación de cansancio feliz? El regreso en auto pasó rápido; no dejaba de pensar en esos árboles y en lo viejos que deben ser.
El tour dura todo el día, comenzando con la recogida por la mañana en Cuenca y regresando por la tarde tras la caminata y el almuerzo.
Sí, el almuerzo está incluido — normalmente trucha en un restaurante local durante el regreso a Cuenca.
Se recomienda tener una condición física moderada, ya que hay dos caminatas por diferentes zonas del parque.
Sí, la recogida y el regreso al hotel en Cuenca están incluidos en la reserva.
Hay opciones vegetarianas, veganas, sin gluten y sin lactosa si se solicitan al hacer la reserva.
Un guía naturalista certificado acompaña el tour; en grupos pequeños también conduce el transporte.
Se recomienda calzado cómodo para caminar y protección solar debido a los cambios climáticos del parque.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Cuenca, transporte privado con un guía naturalista bilingüe que lidera ambas caminatas por las alturas y bosques nublados del Parque Nacional Cajas, todas las entradas cubiertas, y un almuerzo tradicional (con trucha u otras opciones dietéticas) antes de regresar juntos por la tarde.
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