Camina por las tierras altas salvajes de Cajas con un guía local desde Cuenca—pasa por lagunas glaciares y bosques milenarios de Polylepis hasta llegar al Mirador Tres Cruces a más de 4,100 metros. Prepárate para cambios de clima, silencio roto por cantos de aves, recogida en hotel incluida y momentos inolvidables.
“¿Siempre es tan silencioso aquí?” le pregunté a nuestro guía, Daniel, justo al bajar de la van en Cajas. Él sonrió y señaló la neblina que se enroscaba sobre la hierba — en serio, estaba tan quieto que podía oír el crujir de mis botas. El viaje desde Cuenca duró apenas una hora, pero parecía que habíamos llegado a otro mundo. En Toreadora, Daniel nos explicó la altitud (casi 4,000 metros) y me dio un caramelo de coca “por si acaso”. No esperaba sentir el aire tan cortante ni ver tantos lagos pequeños por todos lados — más de 200, según me contó. Empezamos a caminar y no paraba de tocar el musgo suave bajo mis pies. Es esponjoso, casi como un trampolín.
Recorrimos esos árboles retorcidos de Polylepis que parecían sacados de un cuento — la corteza se pelaba en tiras, roja y fina como papel. Daniel nos mostró algunas plantas que usan para hacer té (ya olvidé el nombre), y hubo un momento en que todo quedó en silencio salvo por el canto de un pájaro que resonaba sobre el agua. Fue como si el tiempo se detuviera. Mi amigo intentó sacarse una selfie con una llama, pero esta solo lo miró masticando despacio — nada impresionada. El clima no paraba de cambiar: cinco minutos de sol, luego un viento frío de repente. Me gustó esa incertidumbre, no saber qué venía después.
La última parada fue el Mirador Tres Cruces — a más de 4,100 metros de altura. Las nubes aquí se movían rápido; un momento veíamos valles que se extendían hasta el infinito, y al siguiente todo desaparecía entre la neblina blanca otra vez. Daniel nos contó historias de viajeros que se perdían antes de que existieran senderos marcados (no daba miedo, pero me quedé cerca de él). De regreso a Cuenca, noté que mi chaqueta olía a hierba mojada y tierra. Todavía un poco ahora. Si tienes poco tiempo pero quieres sentir de verdad los Andes ecuatorianos, esta excursión de medio día a Cajas es perfecta.
Cajas está a unos 32 km al oeste de Cuenca, aproximadamente una hora en coche o vehículo turístico.
Incluye recogida y regreso al hotel en Cuenca, entradas y tasas, transporte privado y guía local profesional.
La caminata dura alrededor de 1 hora y 30 minutos a gran altitud; se recomienda tener condición física moderada por el terreno irregular y la elevación.
Es un punto panorámico a 4,160 metros dentro de Cajas, famoso por sus vistas espectaculares cuando las nubes se despejan.
No, el tour se enfoca en senderismo y paisajes, regresando a Cuenca tras unas cuatro horas en total.
Es común ver llamas y aves andinas durante el recorrido, aunque no está garantizado.
Lleva ropa abrigada (el clima cambia rápido), protección contra lluvia, agua, snacks si quieres y calzado cómodo para caminar.
Tu día incluye recogida en hotel en Cuenca con transporte privado hasta la zona de Toreadora en Cajas; todas las entradas están cubiertas; contarás con un guía local experto que te contará historias sobre la vegetación de páramo y la vida andina antes de llevarte de vuelta seguro a tu alojamiento.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?