Si te interesa la historia de Ecuador y te encantan las artesanías, este tour de un día es para ti. Caminarás por ruinas incas milenarias en Ingapirca, verás a artesanos tejer makanas a mano y explorarás la famosa joyería de plata en Chordeleg, todo acompañado por guías locales que conocen cada rincón y leyenda.
Temprano en la mañana, el aire fresco nos acompañaba mientras dejábamos Cuenca atrás, recorriendo las colinas de Azuay como un mosaico de colores. Nuestro guía, Andrés, nos contó historias sobre el pueblo Kañari mientras nos acercábamos a Ingapirca. Las ruinas, con sus enormes piedras encajadas tan perfectamente que no entra ni una moneda, transmitían un silencio casi sagrado, solo roto por el viento que susurraba entre la hierba. Recuerdo el leve aroma a eucalipto y, a lo lejos, una mujer vendiendo humitas calientes cerca de la entrada. Los domingos aquí son más animados; familias locales se reúnen en el mercado de Biblián, con risas que se mezclan con los gritos de los vendedores de quesos frescos y tamales.
Después de recorrer el Templo del Sol en Ingapirca y seguir antiguos caminos incas, nos dirigimos a Gualaceo. El mercado del pueblo vibraba con colores: canastas llenas de maracuyá dorada, montones de gorros de lana suaves. Pero lo que más me marcó fue la visita al taller de José Jiménez y Ana Ulloa. Ver a Ana tejer una manta makana a mano era hipnotizante: el sonido de los telares de madera, sus dedos moviéndose tan rápido que apenas podía seguirla. Nos dejó probar una manta terminada; pesaba más de lo que imaginaba y olía a tinte y humo de la cocina.
Luego llegó Chordeleg, un pueblo pequeño pero lleno de tiendas de joyería. La plaza principal brillaba con aretes de filigrana de plata llamados candongas. Conversé con un joyero que me contó que cada pieza lleva días de trabajo. También había toquilleras tejiendo sombreros de paja toquilla en las puertas. El tiempo libre aquí fue para perderse por calles empedradas, entrar a tienditas donde vendían pulseras de oro o tazas de barro. Antes de regresar, paramos para un café rápido en Café La Plaza—fuerte, dulce, justo lo que necesitaba después de tanto caminar.
Sí, el almuerzo está incluido y podrás probar platos típicos en un lugar local durante el recorrido.
Por supuesto. En Chordeleg y en el taller de makanas tendrás tiempo libre para comprar piezas hechas a mano directamente de los artesanos.
Sí, todo el transporte y los sitios son accesibles para sillas de ruedas. Avísanos si tienes necesidades especiales para ayudarte mejor.
Recomiendo zapatos cómodos (hay bastante caminata), protector solar (el sol puede ser fuerte), una chaqueta ligera (en las alturas refresca) y algo de efectivo para snacks o recuerdos.
Incluye transporte privado todo el día (sin buses llenos), un delicioso almuerzo local, entrada a las ruinas de Ingapirca, visitas guiadas en inglés o español, y tiempo para explorar mercados y talleres a tu ritmo.
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