Sentirás la altura del Cotopaxi desde el primer paso mientras subes al Refugio José Rivas con un guía local, para luego cambiar las botas por bici y bajar por senderos volcánicos hasta la Laguna Limpiopungo. Disfruta comida ecuatoriana, aire puro de montaña y muchas risas (y quizás algo de jadeo). No es solo paisaje, es una experiencia que recordarás cada vez que veas un volcán.
Apenas salimos de la van, el viento frío del Cotopaxi me despertó de golpe, de verdad. Nuestro guía, Diego, sonrió al verme (supongo que se notaba mi sorpresa) y nos ofreció té de coca de un termo viejo. El suelo era puro gravilla negra con parches de pasto amarillo, y el volcán estaba ahí, imponente, con su cima blanca, tranquilo pero a la vez intimidante. Diego bromeó diciendo que Cotopaxi significa “cuello de la luna” en kichwa. Intenté repetirlo, pero a mitad de camino mi lengua se negó a colaborar con la altura.
La subida hasta el Refugio José Rivas (casi 4900 metros) fue lenta para mí; sentía mis pulmones trabajando al máximo. Parábamos seguido; Diego nos señalaba pequeñas flores moradas que brotaban entre las piedras y nos contó que los locales las usan para hacer té. En un momento me quedé quieto solo escuchando: nada más que el viento y mi respiración. Allí arriba es raro el silencio, salvo cuando alguien ríe o tose. Un par de personas siguieron hacia el glaciar (5000 metros), pero yo estaba feliz con llegar al refugio. El aire adentro olía a sopa y ropa mojada.
Después de calentarnos con una sopa de papa (menú ecuatoriano, sencillo pero perfecto), cambiamos las botas por cascos y subimos a las bicicletas en el parqueadero. El descenso fue una locura: gravilla suelta bajo las ruedas y las manos heladas apretando los frenos. Mis dientes castañeaban de frío y nervios, pero en pocos minutos se volvió una diversión salvaje. Cuando llegamos a la Laguna Limpiopungo, mis piernas estaban como gelatina y la cara me dolía de tanto sonreír. Había caballos salvajes pastando junto al agua, sin prestarnos atención.
Ese momento todavía me viene a la mente: el sol asomándose por dos minutos sobre la cima del Cotopaxi mientras estábamos ahí, embarrados y cansados junto a la laguna. Si buscas una excursión de senderismo y bici en Cotopaxi que realmente se sienta como una aventura (no solo una lista de cosas por hacer), esta es… aunque termines pronunciando mal algunas palabras en kichwa.
Subirás hasta el Refugio José Rivas a 4897 metros sobre el nivel del mar; algunos llegan más alto, cerca de los 5000 metros en el glaciar.
Sí, el tour incluye un menú típico ecuatoriano durante el día.
Se recomienda tener buena condición física; habilidades básicas en bici son suficientes para la mayoría.
Incluye transporte privado, guía bilingüe, almuerzo ecuatoriano y uso de bicicleta.
El descenso termina en la Laguna Limpiopungo, al pie del Cotopaxi.
El tour incluye transporte privado; confirma el punto exacto al reservar.
Los bebés pueden ir, pero deben ir en el regazo de un adulto durante el transporte; no se recomienda para personas con problemas de salud.
Tu día incluye transporte privado desde hoteles en Quito, guía en inglés o español según necesites, entrada al Parque Cotopaxi, almuerzo ecuatoriano en altura (normalmente sopa o similar), y todo el equipo para senderismo y ciclismo, incluyendo casco y bicicleta para el descenso volcánico antes de regresar cómodo.
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