Te recogerán en Baños para llevarte al cerro Niton, donde un guía local te preparará para tu vuelo en parapente tándem — no necesitas experiencia. Tras una charla de seguridad y algunas risas nerviosas, volarás sobre valles con vistas al volcán Tungurahua antes de regresar al pueblo. Una aventura que sentirás en el alma mucho después de aterrizar.
—¿Listo? —sonrió nuestro guía Marco, ofreciéndome un casco que aún olía a bloqueador solar y hierba fresca. Acabábamos de subirnos a una van que parecía haber llevado a mil viajeros nerviosos antes que nosotros; las ventanas abiertas dejaban entrar el viento con aromas a eucalipto y algo ahumado de las parrillas al borde de la carretera en Pelileo. No podía dejar de mirar al cielo, mitad esperando nubes perfectas, mitad buscando una excusa para echarme atrás. El viaje duró unos treinta minutos, pero mi estómago ya hacía sus propias piruetas.
En el cerro Niton todo se sentía más intenso: el aire andino era más frío de lo que imaginaba, aunque apenas era la tarde. Marco nos explicó las medidas de seguridad con esa calma que te hace confiar en él al instante (lleva años volando aquí, según me contó). Señaló el volcán Tungurahua a lo lejos, cuya silueta se dibujaba entre una neblina que olía a tierra mojada y humo de leña. Esperar mi turno fue lo más difícil; intenté bromear con otro viajero, pero tenía la boca seca. Cuando por fin llegó el momento de volar en tándem, apenas recuerdo haber salido corriendo — solo sentí el impulso repentino y la voz de Marco detrás: “Solo relájate.”
El mundo se desvaneció en un instante. Por unos minutos flotamos sobre campos como un mosaico y casitas diminutas, mientras el viento tiraba de mis mangas. No era silencio total —se escuchaba un zumbido en los oídos— pero había una paz increíble. Me sorprendí riendo cuando dimos vueltas cerca de un halcón (o tal vez era un ave grande, quién sabe). El aterrizaje llegó antes de lo que quería; volver a pisar el pasto suave se sintió irreal. De regreso a Baños, todos íbamos más callados, como si hubiéramos dejado algo allá arriba, en el cielo. Aún se me ponen los pelos de punta al recordarlo.
Sí, la recogida está incluida como parte de la excursión desde Baños.
El tour completo dura unas cuatro horas con transporte; el vuelo en sí es más corto.
El vuelo tándem se hace en el cerro Niton, cerca de Pelileo, a unos 30 minutos de Baños.
No, no se requiere experiencia; un piloto certificado controla todo durante el vuelo.
Si el clima no es seguro, los vuelos pueden cancelarse en el último momento por precaución.
Sí, el transporte de vuelta a Baños está incluido tras el vuelo o intento de vuelo.
Este tour no se recomienda para personas embarazadas ni con problemas cardíacos o de columna.
Si la visibilidad es buena, podrás disfrutar de vistas del volcán Tungurahua mientras vuelas.
Tu día incluye recogida en Baños, transporte ida y vuelta al cerro Niton cerca de Pelileo, todo el equipo de parapente revisado para tu seguridad, y un guía local certificado que se encarga de la instrucción y el pilotaje durante tu vuelo tándem antes de llevarte de regreso al pueblo.
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