Prueba lo mejor de la comida danesa en Copenhague — desde ristepølse y smørrebrod en mercados animados, hasta sándwiches de flæskesteg y croquetas de pescado frescas. Disfruta cerveza local, jugo de flor de saúco y termina con café y pasteles en una panadería acogedora. Comer la ciudad te hace sentirla más cálida y cercana.
Salimos al suave bullicio del mercado Torvehallerne, siguiendo a nuestro guía Mads, que nos llamó hacia un pequeño puesto ya perfumado con salchicha a la parrilla. Apenas terminé mi primer bocado de ristepølse — ahumado, especiado, dentro de un pan suave — cuando alguien me ofreció un vaso de jugo de flor de saúco. Dulce, pero sin pasarse. Mads sonrió y nos contó que cada danés tiene su puesto favorito de hot dogs (él jura por este), y la verdad, ahora lo entiendo.
Luego caminamos por el mercado iluminado por sus paredes de cristal, entre puestos llenos de pan de centeno y encurtidos de todo tipo. La siguiente parada fue el smørrebrod — esos famosos sándwiches abiertos, cargados con arenque, roast beef o ensalada de huevo. Nos sentamos en la plaza, con la cerveza fría en las manos, viendo pasar a los ciclistas. Hubo un momento en que solo escuché: los tenedores raspando los platos, alguien riendo en danés detrás de mí. Se sentía... tranquilo. Como si pudieras quedarte allí toda la tarde si quisieras.
Después llegó el sándwich de flæskesteg: jugosas lonchas de cerdo con pepinillos ácidos y repollo morado que me manchó los dedos (valió la pena). Mads explicó que es como la comida reconfortante danesa por excelencia. Intenté pronunciar “flæskesteg” bien — se rió y dijo que no estaba tan mal (yo creo que sí). Luego probamos fiskefrikadeller — croquetas de pescado con remoulade sobre pan de centeno denso. Para entonces el aire olía a lluvia, pero a nadie le importó; seguimos comiendo de pie bajo un toldo.
Todavía pienso en ese rollo de canela de la última parada — cálido, pegajoso, con la cantidad justa de cardamomo. Tomamos café en una panadería antigua, con las paredes llenas de fotos viejas donde parecía que todos se conocían. Mads nos dio consejos para encontrar rincones menos turísticos en Copenhague, pero siendo sincero, ese pastel fue razón suficiente para querer volver.
El tour dura aproximadamente tres horas.
Es un tour privado solo para tu grupo.
Sí, incluye cerveza danesa tradicional, jugo de flor de saúco, schnapps y café.
Probarás ristepølse (hot dog danés), smørrebrod (sándwiches abiertos), sándwich de flæskesteg (cerdo asado), fiskefrikadeller (croquetas de pescado) y pasteles daneses.
El contenido no especifica opciones dietéticas; por favor consulta directamente antes de reservar si tienes restricciones.
Sí, el tour no se cancela por lluvia.
Sí, todas las zonas son accesibles para sillas de ruedas y cochecitos.
Tu día incluye cinco paradas para degustar en los puestos y restaurantes más tradicionales de Copenhague: cuatro platos clásicos daneses más schnapps o jugo de flor de saúco, cerveza local, café y rollo de canela en una panadería histórica, todo guiado por un experto local durante tres horas (llueva o haga sol).
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