Recorre la costa salvaje de Curaçao en buggy UTV con un guía local, explora cuevas ocultas, contempla las olas de Boca Patrick y refréscate con un baño en la playa DaaiBooi. Prepárate para polvo, risas, nuevos amigos y quizás algo de arena en los zapatos al volver.
“¡Vas a acabar lleno de polvo, disfrútalo!” Eso nos dijo Franklin, nuestro guía, mientras nos entregaba unas gafas UV y unos pañuelos coloridos. Me reí porque ya había manchado las gafas con protector solar antes de empezar. El aire en las llanuras de San Pedro estaba cargado de sol y ese olor seco y salado que solo se siente cerca del mar. El buggy UTV vibraba bajo mis manos, un ruido fuerte pero agradable, como si estuvieras a punto de hacer algo divertido (o un poco loco). Franklin abría camino, saludándonos con ese gesto relajado que tienen los locales.
Conducir por la costa oeste de Curaçao no es como en las postales. Es más salvaje: matorrales, piedras por todos lados y cabras apareciendo donde menos lo esperas. Paramos en una cueva escondida en la ladera. Dentro hacía fresco y el eco se escuchaba por todos lados; nuestro guía nos mostró unas marcas antiguas en la pared (intenté sacar una foto pero solo salió negra). Se sentía un leve olor a minerales mezclado con tierra y sal, ese aroma que se te queda en la nariz un buen rato después de salir. No esperaba sentirme tan pequeño ahí dentro.
La siguiente parada fue Boca Patrick, difícil de explicar si no has visto esas olas rompiendo justo contra las rocas. Es un espectáculo ruidoso, caótico y casi hipnótico; nos quedamos un rato en silencio. Franklin nos contó historias de pescadores que venían aquí antes del amanecer. Luego volvimos a los buggies (mi camiseta ya estaba medio marrón de polvo), seguimos por senderos llenos de baches y finalmente llegamos a la playa DaaiBooi. El agua es realmente de ese azul cristalino, fría al principio pero perfecta después de tanto calor y ruido. Me quedé flotando un buen rato, sin pensar en nada más que en lo bien que se siente simplemente estar ahí.
Sí, el traslado desde la mayoría de hoteles está incluido en tu reserva.
Cada buggy tiene capacidad para 2 personas; el precio cubre ambos asientos.
La edad mínima para conducir es 21 años; los pasajeros deben tener al menos 12.
Sí, el tour termina con un baño en la playa DaaiBooi antes de regresar.
Incluye agua embotellada y una barra de granola para el camino.
No, no se recomienda para quienes tengan lesiones en la columna o problemas cardiovasculares.
No, no se requiere experiencia; antes de salir se da una charla de seguridad y una demostración.
Tu día incluye recogida en la mayoría de hoteles de Curaçao, uso de buggy UTV (para dos personas), gafas UV y pañuelo para protegerte del polvo, agua embotellada y barra de granola, además de la guía de un experto local durante toda la aventura y tiempo para nadar en la playa DaaiBooi antes de regresar.
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