Explorarás las antiguas bodegas bajo el Palacio de Diocleciano, escucharás historias en la animada plaza del Peristilo, visitarás la Catedral de San Domnio y acabarás en la bulliciosa Riva de Split, todo con un guía local que hace que 1,700 años de historia cobren vida. Mucho más personal de lo que imaginas.
Casi pierdo el punto de encuentro en la entrada principal del Palacio de Diocleciano porque me distrajo un músico callejero—tocaba algo que sonaba a folk dálmata, o quizás era su propio estilo. De todas formas, nuestra guía Ana me hizo señas con una sonrisa. No parecía molestarle que llegara tarde (menos mal). Los primeros pasos en las bodegas del palacio fueron frescos y un poco húmedos, y se olía la piedra antigua con un toque salado, como si el mar se colara por ahí también.
Ana tenía una forma especial de mezclar historias de emperadores romanos con bromas sobre la vida moderna en Split. En la plaza del Peristilo, nos señaló dónde los locales siguen quedando para tomar café o charlar. Había una pareja mayor sentada en las escaleras, compartiendo lo que parecía un pastelito sacado de una bolsa de papel. El sol iluminó el mármol justo en ese momento y todo brilló por un instante—sé que suena cursi, pero fue así. Paseamos por la Catedral de San Domnio (las campanas me sorprendieron), luego nos metimos en el Templo de Júpiter donde Ana nos enseñó a distinguir las tallas romanas originales de las reparaciones posteriores. Intenté adivinar cuáles eran, pero la verdad, ni idea.
Terminamos en el paseo de la Riva, que estaba más animado de lo que esperaba para ser media mañana. Niños persiguiendo palomas, alguien vendiendo saquitos de lavanda con un aroma que te despertaba al instante. Ana contó que antes aquí los pescadores traían su pesca antes del amanecer; ahora es sobre todo turistas y locales paseando después de comer. La caminata por Split duró unos 90 minutos, pero se sintió más corta; tal vez porque no había prisa o porque Ana nos hizo reír casi todo el tiempo. Aún recuerdo esa luz en la plaza del Peristilo.
El recorrido guiado dura aproximadamente 90 minutos.
Sí, todas las zonas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carrito.
El itinerario incluye la visita a la Catedral de San Domnio durante el recorrido.
El punto de encuentro está en la entrada principal del Palacio de Diocleciano, en el casco antiguo de Split.
Sí, hay opciones de transporte público muy cerca del punto de encuentro.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante todo el recorrido.
No se especifican los idiomas en la referencia; consulta al reservar.
Tu día incluye una caminata guiada de 90 minutos por el Palacio de Diocleciano y el casco antiguo de Split con un guía local autorizado; todas las rutas son accesibles para sillas de ruedas y aptas para todos los niveles de condición física—solo llega a la entrada principal y únete cuando mejor te convenga.
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