Deja atrás Split para un día nadando en las calas secretas de Brač, disfrutando un almuerzo local mientras navegas hacia Šolta, y luego paseando por las tranquilas calles del puerto de Stomorska o dándote otro chapuzón antes de volver a casa con el pelo salado y la sonrisa puesta.
¿Alguna vez te preguntaste si el Adriático es realmente tan cristalino? Yo sí, hasta que salimos del puerto de Split (muelle 7—fácil de encontrar, solo sigue el suave movimiento de la mañana) y nos deslizamos rumbo a Brač. La tripulación nos sirvió café y croissants al instante. Mojé mi pastelito en el café y vi cómo la ciudad se iba quedando atrás. Hay algo en esa brisa salada mezclada con el aroma del espresso que te despierta mejor que cualquier alarma.
Brač apareció rápido—a poco más de una hora—y anclamos en una bahía donde el agua parecía irreal, como si alguien hubiera subido el azul al máximo. Nuestro guía, Luka, lanzó las tablas de paddle al mar y sonrió al verme dudar (“Vamos, no está fría”). Tenía razón. El primer chapuzón fue un choque, pero luego se sentía como seda. Los niños saltaban desde el barco; alguien encontró una máscara de snorkel y saludaba a un banco de pececillos plateados. Era ruido y silencio a la vez—chapoteos, risas, pero también solo sol en la piel y esa paz rara que sientes cuando flotas boca arriba demasiado tiempo.
El almuerzo fue en algún punto entre Brač y Šolta—para mí, pescado a la parrilla sencillo (también había opciones vegetarianas), con vino que sabía más intenso de lo esperado pero perfecto con el aire marino. Las bebidas ilimitadas hicieron que nadie tuviera prisa. Cuando llegamos a Stomorska en la isla Šolta, ya estaba seco pero aún olía a protector solar y sal. El pueblo es pequeño—casas blancas con tejados rojos apiladas junto a un puerto tranquilo. Paseamos junto a pescadores arreglando redes; un viejo nos saludó como si reconociera a cada turista.
Intenté decir “hvala” (gracias) cuando Luka señaló su panadería favorita—seguro lo dije mal, porque se rió y me lo repitió despacio. Tuvimos como una hora allí; algunos volvieron a nadar en la playa cerca del barco, pero yo me quedé sentado en un muro de piedra viendo los barcos mecerse. Es curioso cómo rápido empiezas a sentir que podrías quedarte para siempre en estos sitios—quizás era solo el sol o todo ese nadar.
El tour dura unas 7 horas, sale a las 09:30 del puerto de Split y regresa alrededor de las 16:30.
Sí, el almuerzo se sirve a bordo entre Brač y Šolta con opciones de carne, pescado o menú vegetariano.
El punto de encuentro es el muelle número 7 en el puerto de Split; el check-in abre 30 minutos antes de la salida.
Incluye barra libre de cerveza, vino, refrescos, café y té durante todo el recorrido.
Sí, hay tablas de paddle y equipo de snorkel disponibles para los pasajeros en las paradas para nadar.
Tendrás alrededor de una hora para explorar el pueblo de Stomorska o nadar en una playa cercana después del almuerzo.
Sí, los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; los bebés pueden ir en cochecitos a bordo.
El barco es accesible para sillas de ruedas; avisa al reservar para confirmar detalles.
Tu día incluye croissant y café por la mañana al salir de Split, barra libre todo el día con cerveza, vino y refrescos, almuerzo fresco a bordo (carne, pescado o vegetariano), además del uso de tablas de paddle y equipo de snorkel mientras anclamos en Brač. Hay Wi-Fi y baños a bordo; tendrás tiempo libre para recorrer Stomorska en Šolta antes de regresar a Split por la tarde—todos los impuestos y tasas están incluidos.
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