Recorre las antiguas murallas de Ston con un guía local, degusta ostras frescas en Pelješac y prueba los intensos vinos Plavac Mali en bodegas familiares. Con recogida en hotel y tiempo para un almuerzo relajado, vivirás los sabores y relatos de Dalmacia que recordarás siempre.
“Aquí decimos que el mar nos regala tres cosas: sal, ostras y vino,” nos sonrió nuestro guía Luka mientras llegábamos a Ston. Saludó a un pescador que descargaba cajas en el puerto; parecía que todos lo conocían. El aire olía a sal marina, a piedra mojada y a algo herbal que no lograba identificar. Paseamos por las callejuelas de Ston, con Luka señalando las antiguas salinas que brillaban bajo el sol de la mañana. Intenté pronunciar ‘Pelješac’ correctamente; Luka se rió y dijo que hasta los croatas a veces discuten sobre cómo decirlo.
La llamada Gran Muralla de Croacia se alzaba frente a nosotros — no tan alta como imaginaba, pero serpenteaba por la colina con una fuerza obstinada. Subimos un poco (no hasta arriba — mis rodillas tenían su opinión), haciendo pausas para recuperar el aliento y contemplar el mosaico de salinas y tejados rojos. Para comer, Luka nos recomendó un lugar pequeño donde la madre del dueño sacó platos de pescado a la parrilla y pan que parecía recién salido del horno. Todavía sueño con ese aceite de oliva, de verdad.
Después de comer, seguimos la costa adentrándonos en la península de Pelješac. La carretera serpenteaba entre viñedos y destellos del azul Adriático. En cada bodega familiar nos recibían con un apretón de manos o un simple gesto — poco inglés, pero mucha calidez. Probamos tintos Plavac Mali (uno casi ahumado) acompañados de quesos y aceitunas. En una parada, Luka me convenció de probar una ostra directamente de la bahía — fría, salada y casi dulce. No sé si volveré a probar algo así.
El regreso a Dubrovnik fue tranquilo; tal vez por el vino o esa sensación que queda tras conocer gente que realmente ama su tierra. Pensaba en cómo aquí todos parecen conectados — entre sí, con lo que cultivan, pescan o elaboran. Es difícil de explicar si no lo has vivido.
La excursión dura unas 8 horas, incluyendo el traslado desde Dubrovnik.
Sí, la recogida y regreso al hotel en el centro de Dubrovnik están incluidos.
Puedes elegir entre visitar tres bodegas o cambiar una por una degustación de mariscos en una piscifactoría costera.
Principalmente tintos Plavac Mali, junto con otras variedades locales según la bodega familiar.
El almuerzo no está incluido; tendrás tiempo libre en Ston para comer por tu cuenta.
El itinerario es flexible, pero hay algo de caminata (incluyendo escaleras en las murallas de Ston); consulta con tu guía para adaptaciones.
El grupo máximo es de 8 personas por reserva para esta experiencia privada.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Dubrovnik, transporte en vehículo con aire acondicionado, catas en bodegas familiares (o degustación de mariscos opcional), además de un conductor local que comparte historias durante el trayecto antes de llevarte de vuelta cómodamente al hotel por la tarde.
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