Si quieres ver monos y perezosos desde un bote en la selva, probar fruta fresca directo de fincas locales y escuchar historias reales de la vida en Costa Rica contadas por alguien que la vive a diario, este tour es para ti.
Al bajar del barco en Puerto Limón, nos subimos a un minibús con las ventanas abiertas, dejando que el aire húmedo nos acompañara. El trayecto hasta el muelle de Moín fue corto, unos 15 minutos como mucho. Nuestro guía, Carlos, nos contó sobre las raíces afrocaribeñas de la ciudad y nos señaló un mural cerca del mercado que seguro me habría perdido. En el muelle, unos cuantos botes se mecían suavemente; el nuestro tenía un toldo verde desgastado y bancos de madera que crujían al sentarse.
El paseo por los canales de Tortuguero fue como entrar en otro mundo. Jacintos de agua flotaban mientras avanzábamos. Carlos estaba atento a la fauna y fue el primero en ver un perezoso acurrucado en lo alto de un árbol de cecropia. Detrás de nosotros, los monos aulladores empezaron su concierto — parecía un trueno lejano. Pasamos por casitas sobre pilotes y niños saludando desde la orilla. El aire olía a tierra mojada mezclada con algo dulce, tal vez jengibre silvestre. Los tucanes, con sus colores amarillo y negro, volaban sobre nuestras cabezas, y en una curva, un cocodrilo descansaba en la orilla sin apenas moverse.
Ya en tierra, compramos rodajas de piña y sandía a un vendedor callejero (la mejor piña que he probado). Luego fuimos a la plantación de bananos, un mar de verde que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Nuestro guía explicó cómo protegen los bananos con bolsas para evitar insectos y por qué Costa Rica es un gran exportador. También tuvimos tiempo para visitar una pequeña parcela de cacao; probé cacao crudo por primera vez, amargo pero adictivo.
La última parada fue un paseo rápido por las tiendas de souvenirs cerca del puerto. Me llevé unas barras de chocolate para casa (se derriten rápido aquí, así que hay que comerlas pronto). Si tienes tiempo antes de regresar al barco, date una vuelta por el parque central de Limón — los viejos jugando dominó bajo los árboles siempre están dispuestos a charlar.
No se puede garantizar porque los animales están libres, pero la mayoría de los visitantes ven monos, perezosos, aves o incluso cocodrilos a lo largo de los canales.
¡Sí! El ritmo es tranquilo y se camina poco. Familias con niños y personas mayores suelen sentirse cómodas.
Al final del tour tendrás tiempo para recorrer las tiendas cerca del puerto, con mucho chocolate y artesanías disponibles.
Un sombrero o impermeable (el clima cambia rápido), bloqueador solar, repelente si eres sensible y algo de efectivo para snacks o souvenirs.
El tour incluye transporte ida y vuelta desde el muelle del crucero en un minibús con aire acondicionado; paseo guiado en bote por los canales de Tortuguero; visitas a plantaciones de banano y cacao con explicación experta; snack de fruta tropical fresca; y tiempo libre para comprar en tiendas locales antes de regresar al puerto.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?