Remarás en silencio por los canales enmarañados de Tortuguero al amanecer con un guía local que conoce cada sonido y sombra. Disfruta un café antes de partir, encuentros cercanos con monos o perezosos si tienes suerte, y tiempo para simplemente escuchar la selva respirar a tu alrededor.
¿Alguna vez te has preguntado cómo suena la selva antes del desayuno? Eso pensaba mientras subíamos a la canoa justo después de las 6 a.m. en Tortuguero. El aire estaba denso pero aún fresco, y nuestro guía—José, que creció cerca—nos ofreció un café con un toque ahumado. Éramos solo seis más él, así que no parecía un grupo turístico. Alguien intentó susurrar, pero hasta eso sonaba fuerte entre el canto de los pájaros. Recuerdo que mis zapatos se mojaron un poco en el piso de madera—debería haber llevado sandalias, la verdad.
Navegamos por los canales estrechos, José remaba despacio para que el agua casi no se moviera. Señaló un basilisco tomando el sol (lo llamó “lagarto Jesucristo”—me hizo reír porque realmente corre sobre el agua). De vez en cuando se detenía y nos dejaba escuchar; en un momento hubo un silencio raro salvo por algo moviéndose arriba—eran un par de monos con ojos somnolientos que nos miraban pasar. La palabra clave para esta excursión fue paciencia—no siempre ves todo de inmediato, pero cuando lo haces, se siente especial. José encontró un perezoso acurrucado en lo alto de un árbol; tuve que pedir ayuda para verlo, pero cuando ves uno empiezas a encontrarlos por todos lados.
No esperaba fijarme tanto en detalles pequeños—el olor a hojas mojadas, cómo cambiaba la luz cuando las nubes pasaban (y sí, llovió unos diez minutos pero a nadie le importó). José contó historias de su infancia aquí y cómo su tío pescaba en estas aguas antes de que llegaran los turistas. En un momento alguien intentó decir “basilisco” en español y todos nos reímos—incluido José. Todo fue más como compartir un secreto que cumplir con un itinerario. Los paseos en canoa en Tortuguero son más tranquilos que los de bote, algo que no entendí hasta que pasamos junto a un caimán medio escondido en los juncos y todos nos quedamos en silencio un rato.
Podrás ver monos, perezosos, basiliscos (“lagartos Jesucristo”), caimanes y muchas aves durante el paseo en canoa en Tortuguero.
No, remar es opcional—el guía puede hacerlo si prefieres no remar.
El máximo es de 8 personas por canoa más el guía.
Sí, hay una salida a las 6:00 a.m. recomendada para ver más animales y disfrutar temperaturas más frescas.
Lleva algo impermeable para tu cámara porque en Tortuguero la lluvia es impredecible.
Sí, sirven café, jugo y fruta antes de empezar el paseo en canoa.
Es apto para la mayoría, pero no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas espinales o cardiovasculares.
Tu mañana comienza con café fresco, jugo y fruta antes de salir en canoa con tu guía local por los canales de Tortuguero—no necesitas remar a menos que quieras—y los grupos pequeños hacen que la experiencia sea muy personal.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?