Sube a un catamarán desde la playa de Tamarindo, navega junto a una tripulación local por la costa dorada, haz snorkel en calas tranquilas con equipo incluido y disfruta un almuerzo preparado por un chef en cubierta. El día termina con música y un atardecer inolvidable sobre la bahía.
Lo primero que sentí fue la arena bajo mis pies: cálida, un poco arenosa, colándose entre los dedos mientras esperábamos junto al bar CHIRINGUITO en la playa. Los chicos que manejaban el barco nos hicieron señas para acercarnos, y la verdad, me alegré de su energía relajada. Subimos a una pequeña lancha para llegar al catamarán (se llama Ti Marouba, nunca lo habría adivinado) y pensé que debería haber traído una toalla extra. El sol ya brillaba, pero sin ser fuerte, con ese tono dorado tan característico de Costa Rica.
Una vez a bordo, había unas grandes redes tipo trampolín en la proa donde podías tumbarte o simplemente colgar los pies sobre el agua. Nuestro guía —no recuerdo su nombre, tal vez Diego— nos señalaba la costa mientras navegábamos por la bahía de Tamarindo. No paraba de bromear diciendo que llevaba tanto tiempo haciendo esto que podría pilotar con los ojos vendados (esperaba que no fuera verdad). El viento subió y se mezclaban los aromas a sal y protector solar. Algunos aprovecharon para usar kayaks o tablas de paddle; yo me quedé viendo, con algo frío en la mano de la barra libre, disfrutando el momento.
Más tarde anclamos cerca de una cala donde todos se pusieron a hacer snorkel. El agua estaba más fresca de lo que esperaba al principio, pero tan clara que se veían destellos de peces entre los corales. Bajo el agua, todo se volvió silencioso salvo por mis burbujas —una paz inesperada y especial. Luego llegó el almuerzo: comida local preparada en el momento por el chef (arroz, frijoles y pescado a la parrilla con un sabor ahumado y fresco). Comer con el pelo mojado y la brisa en la cara fue, de alguna forma, perfecto.
El regreso es lo que más me quedó grabado: el cielo tornándose naranja mientras sonaba música suave y la gente reía recordando quién se cayó de la tabla de paddle (esta vez no fui yo). No fue un ambiente ruidoso ni alocado; más bien, todos se relajaban en esa sensación de cansancio feliz. A veces todavía pienso en esa luz sobre el agua mientras volvíamos a Tamarindo —ya sabes, esos momentos que se quedan contigo para siempre.
El punto de encuentro es en la playa de Tamarindo, frente al bar CHIRINGUITO.
Sí, se proporciona equipo de snorkel en excelente estado para todos los pasajeros.
Sí, un almuerzo típico local preparado por un chef a bordo está incluido.
Durante todo el recorrido hay barra libre disponible.
Se ofrecen opciones vegetarianas para el almuerzo si se solicitan.
Podrás usar kayaks, tablas de paddle y nadar cuando el catamarán esté anclado.
Un corto traslado en lancha desde la playa de Tamarindo te lleva hasta el catamarán.
El catamarán cuenta con dos baños limpios, uno para hombres y otro para mujeres.
Tu tarde incluye traslado en lancha desde la playa de Tamarindo, todo el equipo de snorkel, uso de kayaks y tablas de paddle, barra libre durante el paseo y un almuerzo fresco preparado por un chef a bordo antes de regresar al atardecer.
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