Camina por senderos volcánicos humeantes en Rincón de la Vieja con un guía local, observa fauna y charcos de barro, nada bajo la cascada Oropéndola, recarga energías con un almuerzo típico y relájate en las aguas termales de Río Negro con un baño de barro volcánico. Prepárate para momentos que te sorprenderán, a veces en silencio y otras con un chapuzón.
No pensé que el suelo realmente pudiera silbarme. Pero justo al entrar en Rincón de la Vieja, nuestro guía José se detuvo junto a un parche de tierra humeante — barro amarillento burbujeando como si estuviera cocinando algo desde dentro. El aire olía un poco fuerte, casi como huevos dejados al sol (José sonrió y lo llamó “perfume volcánico”). Apenas habíamos empezado la caminata y ya estaba sudando — no solo por el calor, sino por esa emoción rara. Pájaros volaban sobre nosotros; alcancé a ver un mono cara blanca balanceándose entre las ramas. Sentí que todo se movía menos yo.
El sendero serpenteaba entre árboles que parecían medio quemados y medio vivos, con raíces por todas partes. José señaló un armadillo que salió corriendo (yo no lo vi — fui muy lento con la cámara). Nos contó cómo los locales usan algunas plantas para medicina, y me hizo pensar en todo lo que me estaba perdiendo por solo mirar al suelo. Cuando finalmente llegamos a los charcos de barro burbujeante y pequeños cráteres, se escuchaba un murmullo bajo todo — algo inquietante pero también relajante, difícil de explicar. Mis zapatos quedaron cubiertos de polvo gris del suelo volcánico, y todavía intento sacarlo.
Después de esa caminata (más cansadora de lo que esperaba), bajamos por un sendero corto hasta la cascada Oropéndola. El agua parecía irreal — de un azul verdoso impresionante — y tan fría que grité al saltar. Había un par de locales chapoteando que se rieron al verme. Me despertó mejor que cualquier café. El almuerzo fue sencillo pero contundente: arroz, frijoles, pollo con esa salsa costarricense que siempre olvido cómo se llama (Liz intentó enseñarme, pero se rindió después de mi tercer intento).
Cuando llegamos a las aguas termales de Río Negro, mis piernas ya eran gelatina. Sentado en esas piscinas calientes rodeadas de bosque — con vapor que apenas dejaba ver a unos metros — por fin dejé de pensar en todo. Untarme barro volcánico me pareció tonto al principio, pero luego fue raro y satisfactorio ver cómo se secaba y agrietaba en mis brazos. Si me hubieras dicho en la mañana que terminaría el día cubierto de barro y feliz por ello… bueno, sí.
La caminata guiada es de unos 3.5 km y dura aproximadamente 2 horas.
Sí, después de la caminata hay tiempo para nadar o meterse en la laguna azul bajo la cascada Oropéndola.
Sí, el tour incluye recogida y regreso al hotel si está en la lista o se coordina con anticipación.
Sí, después de visitar la cascada Oropéndola se sirve un almuerzo típico costarricense.
Necesitarás zapatos cómodos para caminar, traje de baño para la cascada y aguas termales, y tu pasaporte o una foto del mismo.
Se pueden preparar comidas vegetarianas si lo indicas al hacer la reserva.
Requiere un nivel de condición física moderado por la caminata; no se recomienda para personas con problemas cardiovasculares.
Sí, se puede coordinar recogida en hoteles de Tamarindo y Playa Flamingo con anticipación.
El día incluye transporte ida y vuelta desde Tamarindo o Playa Flamingo (o encuentro en la entrada de Rincón de la Vieja), entradas al parque nacional, agua embotellada durante todo el recorrido, guía local bilingüe experto en actividad volcánica y fauna, almuerzo tradicional costarricense tras nadar en la cascada Oropéndola, acceso completo a las aguas termales de Río Negro y baños de barro volcánico, y regreso en vehículo con aire acondicionado.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?