Caminarás por selva auténtica, cruzarás riachuelos y descenderás una cascada salvaje de Costa Rica, todo con guías que conocen cada rincón del sendero. Una aventura que te acelerará el pulso si buscas algo distinto cerca de Nosara.
Lo primero que noté al salir del coche fue cómo cambiaba el aire: más denso, con ese aroma a tierra que solo se siente en lo profundo de la selva costarricense. Nuestro guía, Daniel, nos entregó cascos y arneses justo al inicio del sendero. La caminata no fue larga, unos 30 minutos, pero cruzamos al menos tres arroyos donde mis zapatos terminaron empapados (lleva un par extra si puedes). Escucharás pájaros que no verás y a veces percibirás un toque de jengibre silvestre en el camino.
La cascada se llama “La Mala Noche” — los locales dicen que ruge más fuerte después de una lluvia intensa. Desde arriba, apenas podía oír a Daniel por el ruido del agua. Nos enseñó a manejar las cuerdas y nos dejó practicar en un tramo seco antes de acercarnos al borde. Cuando me tocó rapelar, el corazón me latía tan fuerte que casi no escucho su señal para empezar. El agua te salpica las piernas al inclinarte—fría pero no helada—y estás a mitad de camino antes de darte cuenta que tus manos tiemblan más de emoción que de miedo. Si quieres repetir, solo pide; te dejan hacer otro descenso si hay tiempo.
¡Para nada! Los guías explican todo con claridad y permiten practicar antes de bajar por la cascada.
Te salpicarás seguro al bajar y puede que te mojes los pies en la caminata—lleva ropa seca para después.
Este tour es ideal para adultos y adolescentes mayores que se sientan cómodos con alturas y actividad física.
Los tours suelen salir con lluvia o sol, salvo que las condiciones sean inseguras—los guías deciden según el clima del día.
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