Camina por senderos sombreados con un especialista en naturaleza en Manuel Antonio, avistando monos, perezosos, tucanes—cosas que solo un experto puede mostrarte. Prueba a tomar fotos con un telescopio profesional, disfruta fruta fresca en la playa y respira el aire húmedo de la selva antes de decidir si quieres quedarte más tiempo junto al mar o regresar con el grupo.
“Espera, ¿eso es un perezoso o solo un montón de musgo?” Así empezó todo para mí, entrecerrando los ojos hacia las copas mientras nuestro guía, Esteban, sonreía y preparaba su telescopio. Apenas habíamos entrado a Manuel Antonio cuando señaló un mono cara blanca que se movía rápido entre las ramas. Escuchaba algo crujir en las hojas arriba, y la verdad, no habría notado ni la mitad de lo que vimos si Esteban no hubiera estado ahí. El aire olía a verde, ¿sabes a qué me refiero? Como tierra húmeda y sal marina que se mezcla con la brisa.
Intenté sacar una foto con el telescopio (Esteban lo llama “la máquina de Instagram”), pero me temblaban las manos y solo capté un pico borroso de tucán. Se rió y me enseñó a mantenerlo firme — resulta que la paciencia es clave para la fotografía de vida salvaje. Éramos un grupo pequeño, unas ocho personas, lo que facilitaba hacer preguntas o simplemente quedarnos en silencio cuando todo se calmaba, salvo por algunos colibríes a lo lejos. Hubo un momento en que todos nos quedamos quietos viendo a un perezoso bebé rascarse la barriga. Nadie dijo nada. Fue un instante casi sagrado.
Después de caminar unas dos horas (Esteban mantuvo el plan flexible — algunos querían más tiempo en la selva, otros preferían la playa), llegamos a un lugar donde se mezclaban el olor a bloqueador y a brisa marina. Algunos se fueron a nadar; yo me senté en un tronco comiendo piña de la bolsa de snacks, con arena pegada en las piernas. Si vas, lleva tu propia botella de agua — son muy estrictos con no permitir botellas plásticas dentro de Manuel Antonio. Y otra cosa: aquí no se trata de correr. La onda es disfrutar despacio y maravillarse.
El tamaño habitual es de 8 a 10 personas.
El traslado está disponible en puntos seleccionados; consulta al reservar.
Sí, las entradas a Manuel Antonio se compran por separado en la entrada.
Sí, los snacks están incluidos en la excursión.
Sí, puedes quedarte dentro del parque tras la visita guiada.
Sí, todas las áreas y transportes son accesibles.
Sí, se permiten cochecitos y carriolas.
No; lleva tu botella reutilizable para hidratarte.
Tu día incluye traslado opcional en vehículo con aire acondicionado desde puntos cercanos a Manuel Antonio; caminata guiada con un especialista local; uso de un telescopio profesional para ver y fotografiar la fauna; además de snacks frescos durante la ruta—solo recuerda llevar tu botella de agua porque no permiten plásticos de un solo uso dentro del parque.
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