Recorrerás en ATV la exuberante selva de Manuel Antonio con un guía local, caminarás hasta una poza escondida para nadar, disfrutarás frutas tropicales frescas y terminarás con un almuerzo típico costarricense — momentos de risa y calma que recordarás mucho después de quitarte el barro.
La aventura en ATV empezó justo a las afueras de Manuel Antonio, cascos puestos y motores vibrando bajo nuestras manos. Al principio estaba nervioso — nunca había manejado un ATV — pero nuestro guía José sonrió y dijo, “Tranquilo, ya le agarras.” Nos enseñó a manejar el cambio (menos mal que es automático) y arrancamos, saltando por senderos embarrados con olor a tierra mojada por todos lados. El aire se sentía denso pero fresco, como si acabara de llover aunque no fuera así. De vez en cuando José señalaba algo — una mariposa morpho azul o el canto de un ave que no reconocía.
La selva se cerraba a nuestro alrededor mientras avanzábamos dentro del Parque Rainmaker. En un momento me reí a carcajadas cuando mi amiga casi se mete en un charco del tamaño de un estanque pequeño (no lo hizo, pero sus zapatos sí sufrieron). Dejamos los ATVs y caminamos por un sendero corto — no muy empinado, pero sí necesitas buen calzado. Hubo un instante en que todo quedó en silencio salvo el sonido del agua adelante. De repente llegamos a una poza en el río, clara y fría, que hacía cosquillas en la piel. Algunos se lanzaron de inmediato; yo dudé pero al final me animé a nadar. Las piedras estaban resbalosas y lisas bajo los pies.
Después de secarnos (de hecho, te dan toallas), nos sentamos a comer rodajas de piña y sandía que sabían más dulces que cualquier fruta que haya probado en casa. Quizás era el lugar, o tal vez la fruta costarricense es realmente mejor — difícil decirlo. De regreso, el barro volvió a salpicar por todos lados (no uses blanco), pero ya a nadie le importaba. El almuerzo nos esperaba: arroz, frijoles y pollo cocinado con especias que aún no logro identificar. No era nada sofisticado, pero sinceramente, después de tanto andar, cayó perfecto.
Sigo pensando en ese baño — lo tranquilo que fue, solo el canto de los pájaros y risas que rebotaban entre los árboles. Si buscas un tour en ATV en Manuel Antonio que sea más que solo velocidad (aunque algo de eso hay), este se queda contigo por razones inesperadas.
Incluye ATVs automáticos, guías bilingües, snacks, almuerzo, cascos de seguridad, transporte, lockers para tus cosas y toallas para secarte.
Sí, el transporte está incluido en la reserva.
La caminata es ligera y no muy empinada, pero requiere buena condición física y zapatos adecuados por las piedras resbalosas.
Sí; los ATVs son automáticos y fáciles de manejar. Los guías dan instrucciones antes de empezar.
La edad mínima es 18 años; quienes tengan 16 o 17 pueden conducir si sus padres asumen la responsabilidad y presentan licencia válida.
Sí; durante el recorrido sirven frutas frescas locales como snack y al final un almuerzo tradicional costarricense.
No; nadar en la poza natural es opcional.
Sí; hay lockers para que puedas dejar tus pertenencias mientras conduces.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde Manuel Antonio, uso de ATVs automáticos con cascos, guía bilingüe local en los senderos del Parque Rainmaker, frutas tropicales frescas como snack junto a la poza (y toallas si nadas), lockers seguros para tus cosas mientras conduces, y un almuerzo tradicional costarricense antes de regresar feliz y cubierto de barro.
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