Recorre senderos tranquilos con un guía certificado que sabe dónde encontrar perezosos y monos (y te deja usar su visor de alta gama). Prepárate para ver animales de cerca, reír con las palabras locales y disfrutar tiempo para nadar o descansar en las playas salvajes de Manuel Antonio después del paseo. Sin prisas — se queda en ti.
“Espera, ¿eso es un perezoso o solo un bulto raro en el árbol?” Así empezó nuestra mañana en Manuel Antonio, con Mauro sonriendo y pasándome el visor Swarovski. Él ya había visto tres cosas que yo ni noté: un destello azul (¿motmot? Creo), unas pequeñas ranas verdes pegadas a las hojas y la cola de un mono capuchino moviéndose por encima. El aire estaba denso — no caliente, pero sí con ese sabor a verde intenso. Mauro nos pidió escuchar a las cigarras (que realmente suenan como herramientas eléctricas) y no paraba de señalar detalles que yo jamás habría visto. Intenté decir “perezoso” bien — Li se rió, así que no tanto.
El paseo no fue difícil, solo lento porque parábamos cada pocos metros para ver algo nuevo: iguanas tomando el sol en las rocas, telarañas que brillaban con la luz. Mauro armaba su visor y nos dejaba sacar fotos — la verdad, esas fotos son mejores que cualquier cosa que haya logrado con mi celular. Nos cruzamos con otros grupos, pero nunca se sintió lleno; parecía que todos estaban concentrados en sus propios descubrimientos. En un momento escuchamos a los monos aulladores a lo lejos — un sonido profundo y un poco inquietante, más intenso de lo que esperaba.
Después de unas dos horas llegamos a un claro cerca de Punta Catedral, donde los árboles se abrieron y se sentía el olor a sal. No me di cuenta de lo cerca que estábamos de la playa hasta que de repente apareció — arena blanca, agua turquesa y casi nadie más que un par de niños jugando al borde de Espadilla Sur. Mauro nos mostró Playa Gemelas en el mapa, pero dijo que podíamos quedarnos a relajarnos ahí mismo (yo lo hice). Para entonces mis zapatos estaban llenos de arena, pero no me importó; sentarme bajo esos árboles con los pies enterrados en la arena fresca es algo que todavía recuerdo cuando el trabajo me abruma en casa.
Sí, tienes que comprar las entradas en línea antes de reservar el tour, no están incluidas.
El transporte es opcional si te alojas en Quepos o Manuel Antonio.
El recorrido guiado dura unas 2 horas hasta llegar a la zona de playa.
Podrás ver perezosos, monos, iguanas, aves, ranas, arañas y varios insectos en su hábitat natural.
¡Claro! Después del paseo puedes elegir entre playas como Espadilla Sur o Playa Gemelas para nadar o relajarte.
No se permite comida, alcohol ni cigarrillos dentro del parque — lo mejor es comer antes.
Sí, todas las áreas y caminos son accesibles, incluyendo opciones de transporte si las necesitas.
Tu guía puede ser Mauro u otro naturalista certificado según disponibilidad, pero todos son expertos locales.
Tu día incluye caminatas guiadas para ver fauna con un visor Swarovski (con adaptador para fotos desde el celular), fotos y videos que toma tu guía, protocolos de limpieza, y opción de recogida en Quepos o Manuel Antonio si necesitas transporte. Las entradas no están incluidas, debes comprarlas online antes de reservar.
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