Viaja desde el aeropuerto de Liberia hasta Peñas Blancas en un minibus privado con aire acondicionado y espacio para tu equipaje. Tu chofer local te espera en llegadas, incluso si tu vuelo se retrasa, y ofrece agua y paradas en el camino si las necesitas. Disfruta de pequeños detalles y conversación real mientras cruzas a Nicaragua sintiéndote bien acompañado.
“Verás, la frontera siempre se siente diferente según la hora del día,” nos dijo Mario, nuestro chofer, mientras nos ayudaba con las maletas afuera del aeropuerto de Liberia. Sonreía y sostenía un cartel con mi nombre, lo que me dio mucha tranquilidad después de ese vuelo largo. El aire estaba denso y cálido, algo pegajoso, y desde algún lugar cercano al estacionamiento llegaba un leve aroma a mango. Mario me pasó una botella de agua fría antes de subirnos a la van (un detalle pequeño, pero justo lo que necesitaba). La van estaba impecable y fresca por dentro, algo que no valoré hasta que arrancamos por esa carretera caliente rumbo a Peñas Blancas.
No esperaba que el viaje de Liberia a la frontera con Nicaragua fuera tan… sencillo. Hay algo especial en tener un guía local que conoce cada bache del camino. En un momento pasamos por unos puestos a la orilla de la carretera vendiendo piñas; Mario bajó la velocidad y preguntó si queríamos parar para comprar algo o tomar fotos. No paramos, pero fue bueno saber que podíamos. Nos contó historias de su familia que creció por aquí, y cómo ha cruzado esta ruta “más veces de las que puedo contar.” Esa experiencia da mucha confianza cuando alguien te acompaña.
A medida que nos acercábamos a Peñas Blancas, el paisaje fue cambiando: los campos dieron paso a grupos de camiones y gente esperando en la frontera. El ambiente en la van también cambió; una mezcla de nervios y cansancio (y quizás un poco de impaciencia por mi parte). Mario lo notó y bromeó diciendo que las filas en la frontera son “una clase de yoga costarricense” —me reí más de lo que debería. Todo dejó de sentirse como un trámite y se volvió más como estar en buenas manos con alguien que realmente sabe lo que hace. Todavía recuerdo ese primer respiro al salir en Peñas Blancas: aire húmedo, voces por todos lados, pero una calma porque alguien me cuidaba en todo momento.
El viaje suele durar entre 1 hora 45 minutos y 2 horas, según el tráfico y las paradas.
Sí, tu chofer te esperará en la zona de llegadas con un cartel con tu nombre.
Sí, el chofer privado puede detenerse en cualquier lugar para descansos, comida o fotos si lo pides.
Se utiliza un minibus moderno con aire acondicionado y espacio para equipaje.
Sí, cada pasajero recibe una botella de agua de cortesía.
Tu chofer esperará sin costo adicional; solo avísale si hay retrasos.
Disponemos de asientos para bebés y vehículos accesibles para sillas de ruedas bajo pedido; solo indícalo al reservar.
Tu viaje incluye transporte privado en un minibus con aire acondicionado y amplio espacio para equipaje, recogida en el aeropuerto por un chofer local con cartel con tu nombre, incluso si tu vuelo se retrasa, botella de agua de cortesía para cada pasajero y paradas flexibles en el camino para lo que necesites antes de llegar a Peñas Blancas.
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