Recorrerás los senderos de la selva en La Fortuna con linterna, escucharás ranas desde todos lados y verás animales que de día pasarías por alto. Un guía local te llevará por dos santuarios de ranas y te contará historias de perezosos, aves y la vida oculta de la jungla. El aire nocturno se siente vivo y seguro mientras descubres qué sucede después del anochecer en Costa Rica.
Al salir del sendero en Tifakara, se escucha un coro que parece que toda la selva se prepara para un concierto a medianoche. Recuerdo a nuestro guía, Diego, detenerse para que pudiéramos escuchar antes de ver nada. La humedad estaba presente, pero sin ser agobiante, solo ese calor suave en la piel. La primera parada fue el santuario de ranas, y la verdad, nunca había visto tantos ranas de ojos rojos juntos. Sus colores parecían brillar bajo la linterna de Diego, quien se rió cuando salté al ver una que brincó cerca de mi zapato.
El tour nocturno avanzaba despacio por los senderos cerca del hotel, entre sombras y destellos verdes. Se olía a hojas mojadas y algo dulce, tal vez de esas grandes flores blancas que colgaban arriba. A veces Diego nos pedía silencio y señalaba pequeñas figuras: una rana de cristal tan transparente que se veían sus órganos, o un sapo gordito que parecía dueño del lugar. Contaba historias de cada uno (ya olvidé la mitad de sus nombres), pero parecía conocer cada sonido de esa selva.
Seguimos adentrándonos, pasando otro santuario donde el canto de las ranas se hacía más fuerte, casi mareante si te detenías a escucharlo. En un momento, alguien del grupo vio un perezoso acurrucado en lo alto de las ramas; Diego sonrió como si hubiera encontrado un tesoro. También había aves, que lanzaban notas agudas en la oscuridad. No esperaba sentir tanta calma caminando por un bosque costarricense de noche, pero hay algo especial en avanzar despacio con solo linternas y el canto de las ranas como compañía. Aún recuerdo lo tranquilo que se sentía entre esos estallidos de sonido, ¿sabes?
Sí, el tour es ideal para todos los niveles y familias.
Probablemente ranas de ojos rojos, otros anfibios, perezosos, aves nocturnas y serpientes.
No se especifica la duración exacta, pero suele durar entre 1 y 2 horas.
No se menciona transporte; el tour comienza en los senderos del Hotel Tifakara.
No, solo zapatos cómodos y quizá repelente de insectos.
Sí, un guía local acompaña todo el recorrido.
Puede que sí, pero depende de la suerte y las condiciones.
Tu noche incluye una caminata guiada por los senderos del bosque en Tifakara con acceso a dos santuarios de ranas, todo acompañado por un experto local que comparte historias en el camino.
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