Camina por puentes colgantes en el bosque escuchando monos, recorre antiguos flujos de lava bajo el volcán Arenal, disfruta un almuerzo casero con sabores locales y nada bajo la cascada de La Fortuna. Prepárate para risas, botas embarradas, la calidez auténtica de Costa Rica y quizás alguna historia que querrás contar.
“Si escuchas bien, primero oirás a los tucanes antes de verlos,” nos dijo sonriendo nuestro guía José al entrar al Parque Mistico Arenal Puentes Colgantes. Tenía razón — ese sonido raro que parecía un croar no eran ranas. El aire se sentía denso y verde, si eso tiene sentido, y de vez en cuando me llegaba un aroma dulce y terroso. Al principio caminamos despacio, tratando de avistar monos (José tenía esa habilidad de señalar y de repente todos los veíamos). Los puentes se movían un poco bajo nuestros pies — nada que diera miedo, pero sí lo suficiente para agarrarme al pasamanos más fuerte de lo que quisiera admitir. Hubo un momento en que las nubes se abrieron y el volcán apareció por un instante. No esperaba sentirlo tan cerca.
El viaje hasta la caminata al volcán Arenal duró unos treinta minutos, ¿quizás? Difícil decirlo — me quedé dormitando un rato, arrullado por las historias de José sobre la erupción de 1968 y la vaca de su tío que supuestamente escapó de la lava (él jura que es verdad). El sendero sobre la lava está áspero en algunos tramos, crujiente bajo las botas. Si te detienes un rato, aún puedes oler el azufre. El almuerzo llegó justo cuando lo necesitaba — el restaurante familiar de José está en una colina con una vista que, honestamente, me hizo olvidarme del celular por un rato. Su mamá nos sirvió un casado con pollo; probé su salsa casera y casi me ahogo en la terraza (ella se rió y me pasó más refresco).
Después del almuerzo fuimos a la cascada de La Fortuna. Las escaleras para bajar no son fáciles — a mitad de camino mis piernas ya estaban temblando, pero la bruma fresca que se siente al acercarte te despierta al instante. La cascada ruge, como estar al lado de un motor a reacción, pero de alguna forma también transmite paz. Nadamos un rato (el agua está más fría de lo que parece) y nos tomamos esas fotos grupales incómodas que todos fingimos no querer. Al subir de regreso, unos niños locales nos pasaron corriendo descalzos. Sigo pensando en esa vista desde abajo — paredes verdes y el rocío en la cara.
El tour dura aproximadamente un día completo, incluyendo traslados entre actividades.
Sí, incluye un almuerzo tradicional en el restaurante familiar del guía.
Podrás ver monos, perezosos, ranas, serpientes, tucanes y más en el bosque.
Sí, durante el tour es posible nadar en la cascada de La Fortuna.
El tour incluye transporte privado con recogida disponible cerca de tu alojamiento.
Los bebés y niños pequeños pueden participar usando cochecito o carriola si es necesario.
La caminata requiere condición física moderada por el terreno irregular y las escaleras.
Tu día incluye transporte privado con opciones de recogida cercanas, entradas al Parque Mistico Puentes Colgantes y a la cascada de La Fortuna, uso de telescopio para fotos de fauna, agua embotellada y refrescos durante todo el día, además de un almuerzo casero en el restaurante familiar de tu guía con vista al valle y volcán antes de regresar cómodamente.
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