Remarás por los sinuosos canales de manglares de Isla Damas con un guía local que conoce cada rincón y sonido. Verás monos sobre tu cabeza, ayudarás a recoger basura para proteger el estuario, probarás fruta fresca en el agua y sentirás lo salvaje que es Costa Rica, con barro en los dedos incluido.
No esperaba que el aire oliera tan verde. Eso fue lo primero que noté cuando empujamos nuestros kayaks en el estuario de Isla Damas: un aroma denso y terroso, como hojas mojadas y sal. Nuestro guía, Diego, nos sonrió desde su kayak amarillo brillante y nos hizo señas para que avanzáramos. Él señalaba cosas que yo jamás habría visto solo: un perezoso enrollado en un nudo imposible de ramas, una fila de cangrejos diminutos que se movían de lado entre las raíces fangosas. Trataba de remar sin hacer ruido, pero seguía golpeando el costado; Diego se reía y decía que todos lo hacen la primera vez.
Navegamos bajo esos túneles arqueados de manglares donde la luz se filtraba suave y moteada. Hubo un momento en que un mono cara blanca nos miró fijo desde arriba, moviendo la cola. Parecía que nos estaba evaluando (yo haría lo mismo si extraños entraran a mi sala flotando). El agua estaba como un espejo, salvo por pequeñas ondas de una tortuga o algo más grande que Diego juraba era solo una iguana, aunque yo sigo dudando. En un momento me pasó una red y me preguntó si quería ayudar a recoger basura flotante—resulta que tienen un programa de limpieza como parte del tour. No era glamuroso, pero se sentía bien hacer algo útil mientras remaba por un lugar tan salvaje.
A mitad del recorrido paramos en un lugar tranquilo donde entraba el sol y Diego repartió rodajas frías de piña—dulces y pegajosas, con la brisa del río en la cara. Creo que ahí fue cuando sentí lo vivo que estaba todo. Vimos unos cuatro o cinco pájaros que no supe nombrar (Diego los mencionó todos), además de mapaches husmeando en la orilla. Todo duró unas dos horas, pero se quedó como estirado en mi mente—aún pienso en la mirada de ese mono cuando estoy en silencio en casa.
Sí, es ideal para todos los niveles, incluso niños o quienes nunca han remado pueden unirse sin problema.
Sí, el tour incluye un guía local certificado que acompaña al grupo durante toda la experiencia.
Podrás ver monos, perezosos, iguanas, tortugas, cocodrilos, mapaches, cangrejos y varias aves.
Sí, durante el recorrido te ofrecen fruta fresca y agua.
Se mencionan opciones de transporte público cercanas, pero no se especifica recogida en hotel.
El tour es accesible para sillas de ruedas y cuenta con asientos especiales para bebés; los niños pequeños pueden ir en cochecito.
La parte principal de remo dura aproximadamente dos horas.
Tu día incluye un guía local certificado que te acompaña en kayak por los manglares de Isla Damas; además recibirás fruta fresca y agua durante el paseo. Si viajas con bebés o necesitas apoyo de accesibilidad, cuentan con asientos especiales para infantes y acceso para sillas de ruedas.
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