Si quieres ver monos balanceándose sobre tu cabeza o avistar perezosos escondidos en los árboles, esta excursión guiada por Gandoca-Manzanillo es para ti. Explorarás tanto senderos selváticos como playas tranquilas con un guía local experto—y quizás hasta pruebes fruta fresca en el camino.
El aire de la mañana se sentía denso y dulce cuando bajamos de la van en Gandoca-Manzanillo. Nuestro guía, José, nos entregó a cada uno un par de binoculares—bromeó que eran “detectores de perezosos”. De inmediato, se escuchaban los aullidos de los monos aulladores en lo alto, sus llamados resonando entre los árboles. El sendero comenzó embarrado (lleva zapatos que no te importe ensuciar), pero eso es parte de la vida en la selva aquí.
Avanzamos despacio, con los ojos bien abiertos buscando movimiento. José señaló un brillante basilisco verde tomando el sol sobre un tronco—lo llamó “el lagarto Jesucristo” porque puede correr sobre el agua. En el dosel, los monos araña se balanceaban entre las ramas mientras los tucanes mostraban sus colores amarillo y negro arriba. A veces se mezclaba el olor salado del mar con el aroma terroso de las hojas; una combinación extraña pero encantadora.
A mitad del camino, hicimos una pausa para disfrutar rodajas de piña fresca bajo un enorme almendro cerca de la playa. La arena estaba cálida y suave—uno de esos momentos en los que solo quieres sentarte y escuchar las olas y el canto lejano de las aves. De regreso por el sendero costero, vimos un perezoso dormilón acurrucado en lo alto de un árbol de cecropia (José lo encontró primero—siempre lo hace). Si te gusta la vida salvaje y no te importa un poco de sudor y barro, esta caminata te acerca de verdad al lado más salvaje de Costa Rica.
El sendero tiene algunas zonas embarradas y terreno irregular, pero la mayoría de personas con condición física promedio pueden hacerlo. Hacemos pausas durante el recorrido.
Tienes buenas posibilidades de ver monos (aulladores, araña, capuchinos), perezosos, aves coloridas como tucanes, reptiles e incluso ranas diminutas si miras con atención.
¡Sí! Ofrecemos fruta fresca local durante una pausa en el sendero. Eso sí, trae tu propia botella de agua—hace calor allá afuera.
No necesitas equipo especial—prestamos binoculares para avistar animales. Solo usa ropa cómoda y zapatos que puedan ensuciarse.
Podrás usar binoculares para observar la fauna y disfrutar de fruta tropical fresca durante nuestra pausa junto a la playa. Nuestro guía te llevará por senderos tanto en el bosque como en la costa—solo trae zapatos cómodos y mucha curiosidad.
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