Adéntrate en la selva de Drake Bay tras el atardecer con Tracie, la experta en insectos, y Gianfranco como guías. Disfruta de cerca ranas, arañas, murciélagos (con detectores tecnológicos) y relatos que hacen que los bichos parezcan casi encantadores. Con telescopios para grupos y muchas risas por senderos embarrados, este tour te hará pensar en la selva mucho después de volver a la luz normal.
¿Conoces esa sensación cuando estás en la oscuridad y tus ojos aún se adaptan? Así empezó todo para nosotros en Drake Bay, justo en el borde de la selva. Tracie — a quien todos llaman “la experta en insectos”, lo que me sacó una sonrisa — repartió pequeñas linternas y Gianfranco sonreía como si supiera qué sorpresas nos esperaban. El aire se sentía denso y cálido, casi vibrando con cosas que aún no podía ver. Percibí un aroma a tierra húmeda mezclado con algo dulce, quizá alguna flor abriéndose para su turno nocturno.
No habíamos caminado ni cinco minutos cuando Gianfranco señaló una rana diminuta aferrada a una hoja — sinceramente, yo la habría pasado por alto. Tracie nos dijo su nombre (ya lo olvidé), pero no le importó repetirlo. Tiene esa forma de hacerte reír sobre bichos que normalmente evitarías. En un momento levantó una araña y dijo: “No te preocupes, ella tiene más miedo de ti”, no sé si lo creí del todo, pero ayudó. La clave aquí es tour nocturno Drake Bay — no solo ves, también escuchas: murciélagos chasqueando arriba (nos dejaron oír con un detector especial), hojas moviéndose donde algo pequeño salió corriendo antes de que pudiéramos verlo.
Me gustó que nada se sintiera apresurado. A veces nos deteníamos largo rato mientras Tracie apuntaba su telescopio a un escarabajo o una polilla para que todos vieran en su iPad — aunque alguien se tropezara con la linterna del celular o se distrajera con luciérnagas que pasaban flotando. Hubo un momento en que todo quedó en silencio, salvo las ranas y nuestra respiración; todavía recuerdo ese silencio de vez en cuando. Si buscas una aventura tipo Machu Picchu en Cusco, pero de noche y en Costa Rica… esto es distinto, pero te da esa misma sensación de descubrimiento.
Al final mis zapatos estaban embarrados y la camiseta pegada por la humedad, pero apenas lo noté hasta volver al pueblo. Es curioso cómo caminar despacio en la oscuridad puede hacerte sentir nervioso y tranquilo al mismo tiempo. Así que sí — si alguna vez estás en Drake Bay y quieres ver qué pasa de verdad después del atardecer, este tour nocturno vale cada paso entre el barro.
No, pero organizan la logística según tu alojamiento—asegúrate de decirles dónde te hospedas porque no todos los hoteles de la zona están cubiertos.
Se recomiendan tenis o botas de senderismo por los caminos embarrados; viste ropa cómoda para la humedad.
La caminata dura unas dos horas y media por los senderos de la selva en Drake Bay.
La edad mínima es 8 años; niños menores de 4 no pueden participar.
No se recomienda para personas con lesiones en la columna, problemas de rodillas, equilibrio, visión o poca experiencia en caminatas.
Podrás ver ranas, arañas, murciélagos (con detectores), escarabajos, polillas y otras criaturas nocturnas.
Lo lideran la bióloga Tracie “la experta en insectos” y el observador Gianfranco Gómez.
Sí, los guías usan un telescopio Swarovski con soporte para iPad para que todos puedan ver y un detector Echo Meter Touch 2 Pro para escuchar murciélagos.
Tu noche incluye la guía de biólogos expertos equipados con un telescopio Swarovski (con soporte para iPad para que todos vean de cerca) y un detector Echo Meter Touch 2 Pro para captar llamadas de murciélagos mientras recorres los senderos nocturnos de Drake Bay—solo recuerda avisarles dónde te alojas para coordinar la logística antes de la hora de recogida.
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