Caminarás por el Tercer Túnel de Infiltración bajo la DMZ con un guía local que conoce cada historia, visitarás los memoriales del Parque Imjingak y cruzarás un puente colgante histórico tras una corta caminata. Prepárate para momentos de reflexión, risas y pequeñas sorpresas en el camino.
Con las manos aferradas a la fría barandilla, intenté controlar la respiración antes de bajar al Tercer Túnel. Nuestro guía — el señor Kim, exmilitar con un humor seco — nos entregó cascos y nos advirtió del techo bajo. El aire adentro estaba húmedo y tenía un leve sabor metálico; se escuchaba el goteo del agua en la oscuridad. No sé qué esperaba, pero estar tan profundo, sabiendo para qué servía ese túnel, pesaba de una forma que no encontraba palabras. El señor Kim señaló marcas en la pared donde pusieron explosivos — contó que soldados norcoreanos se arrastraron por ahí. Es un paseo corto, pero la mente no para.
Ya en la superficie, en el Parque Imjingak, el ambiente era más liviano. Familias hacían picnic bajo los árboles de ginkgo y niños corrían junto a una vieja locomotora a vapor llena de agujeros de bala. Nos detuvimos en el Altar Mangbaedan mientras un grupo de ancianas hacía reverencias en silencio — nuestro guía explicó que vienen a recordar a familiares que quedaron al norte. El aroma dulce de los tteok, pasteles de arroz, se mezclaba con las hojas de otoño (no pude resistirme y compré uno). La excursión de un día a la DMZ desde Seúl no es solo historia; es memoria viva en cada rincón.
Más tarde subimos al puente colgante de la montaña Gamaksan — apenas quince minutos, pero mis piernas ardían al llegar (quizá no debí comerme ese segundo tteok). La vista abarcaba antiguos campos de batalla y bosques que se vestían de oro otoñal. Li, otra viajera del grupo, intentó pronunciar “Imjingak” en coreano; hasta el señor Kim se rió de su intento. Había una paz extraña en ese puente donde alguna vez lucharon soldados — el viento movía mi chaqueta, el silencio solo roto por pájaros lejanos. Aún recuerdo esa vista.
Normalmente se tarda entre 1 y 1.5 horas en vehículo privado desde el centro de Seúl hasta el Parque Imjingak, en el límite de la DMZ.
Sí, la recogida en hotel es gratis para grupos de 10 personas o más.
Sí, puedes escoger entre el puente de la montaña Gamaksan o el puente del lago Majang dentro de las opciones del tour privado.
Sí, todos los participantes deben llevar pasaporte válido para los controles de identidad al entrar a la DMZ.
La caminata es corta (unos 15 minutos) pero con subida; se recomienda tener condición física moderada.
El Parque Imjingak es un espacio memorial para norcoreanos desplazados y alberga sitios históricos como el Altar Mangbaedan y una locomotora a vapor llena de balas.
No, no se incluyen paradas para compras; el tiempo está dedicado a experiencias significativas.
No incluye almuerzo, pero en el Parque Imjingak hay puestos donde puedes comprar snacks o comida.
Tu día incluye transporte privado en vehículo con aire acondicionado y un guía conductor profesional que comparte historias personales en cada parada. Para grupos de diez o más, la recogida en hotel es gratuita antes de salir a explorar el Parque Imjingak, bajar al Tercer Túnel bajo la DMZ, visitar el Observatorio Dora si el clima lo permite y terminar con la caminata al puente colgante que elijas antes de regresar a Seúl.
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