Recorrerás calles históricas, disfrutarás vistas panorámicas desde Piedra Capira y el mirador de parapente, sentirás el rocío de una cascada escondida y probarás un auténtico fiambre colombiano, todo con guía local y transporte cómodo. Si buscas historia, naturaleza y buena comida, este es tu día.
Las nubes colgaban bajas cuando llegamos a la Villa de Guaduas; había un aroma a tierra húmeda en el aire, algo dulce después de la lluvia de la noche anterior. Nuestro guía, Andrés, nos recibió en la plaza y de inmediato señaló los antiguos adoquines bajo nuestros pies. Primera parada: el mirador Piedra Capira. La subida no es difícil, pero querrás detenerte a mitad de camino para recuperar el aliento y contemplar el paisaje; en días despejados se puede ver el río Magdalena serpenteando muy abajo. En la cima, un vendedor local ofrecía jugo fresco de guanábana; sinceramente, fue justo lo que necesitábamos después de la caminata.
El sonido del agua se fue haciendo más fuerte mientras nos acercábamos a la cascada de 36 metros. Está escondida tras un espeso follaje; probablemente la oirás antes de verla. La bruma en la cara, la sombra fresca alrededor. Nos quedamos un rato; alguien del grupo incluso se metió los pies (¡el agua está fría!). Luego seguimos parte del antiguo camino real español, con piedras pulidas por siglos de pasos, y terminamos en otro mirador desde donde a veces despegan los parapentistas. La vista sobre Guaduas aquí es amplia; entiendes por qué dicen que este lugar está lleno de historias.
La excursión es adecuada para la mayoría de niveles físicos, pero no se recomienda para personas con lesiones en la columna o problemas cardíacos. Algunos caminos son irregulares, pero se pueden recorrer si tienes buen equilibrio.
Recibirás un “fiambre”, una comida tradicional colombiana para llevar que incluye arroz, pollo o carne, huevo, plátano y más. ¡Es nutritivo y delicioso!
Normalmente pasamos entre 30 y 45 minutos en cada lugar principal para que haya tiempo de fotos y descanso. El ritmo es tranquilo.
¡Sí! Los animales de servicio son bienvenidos durante toda la excursión.
Tu día incluye transporte privado entre todos los sitios, entrada a miradores y cascada, además de un abundante almuerzo de fiambre—solo trae zapatos cómodos y muchas ganas de explorar.
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