Despega alto sobre Medellín con pilotos certificados, planea sobre cascadas, fincas y si tienes suerte, descubre un monasterio escondido. Siente la libertad total mientras el ruido de la ciudad queda abajo. El traslado es sencillo, las instrucciones claras (en inglés o español) y cada instante combina paz y emoción, especialmente al aterrizar.
Lo primero que recuerdo es cómo mis zapatos colgaban sobre Medellín, solo viento y ese mosaico salvaje de verde y ciudad allá abajo. Nuestro piloto—Andrés, que lleva volando más tiempo del que yo he vivido—sonrió y me dijo “¿Listo?” de una forma que me hizo reír, aunque el estómago ya me daba vueltas. El punto de despegue está justo al borde del Valle de Aburrá, así que de repente sientes un impulso de aire y luego solo estás tú y las nubes. Alguien cerca ponía salsa en el celular (no vi quién), y esa música me dio una extraña sensación de calma allá arriba.
Elegí el vuelo de 20 minutos porque quería tiempo para disfrutar el paisaje—la verdad, quince minutos me parecían poco después de venir hasta aquí. Pasas por una cascada que te moja con su bruma si el viento está a favor (y lo estuvo para nosotros), y luego sobrevolamos fincas y lo que Andrés llamó un “páramo”—intentó explicármelo pero aún no lo entiendo bien, algo así como humedales de montaña alta. En fin, parecía una colcha verde con nubes bordadas encima. En un momento señaló un monasterio pequeñito escondido en la ladera; parpadeas y lo pierdes.
Después de unos minutos llega una calma rara—tu mente se relaja, solo escuchas el crujir del arnés o hueles la hierba cuando vuelas bajo. Me pillé sonriendo como un tonto la mitad del tiempo. El aterrizaje fue más suave de lo que esperaba (tocamos tierra en Bello), y alguien del equipo nos recogió en una van para llevarnos a su oficina antes de que pudiera siquiera ver si me temblaban las piernas. Ah, y hacen todo el briefing de seguridad en español e inglés, lo cual ayudó porque mi español es… digamos que Li se rió cuando intenté decir “parapente.”
Puedes elegir vuelos de 15, 20 o 30 minutos según el tiempo que quieras disfrutar en el aire.
Si aterrizas en Bello, te llevan de vuelta a la oficina. También pueden ayudarte a organizar transporte si lo necesitas.
Sí, todos los vuelos son con pilotos certificados que dan el briefing en inglés y español.
Sobrevolarás cascadas, fincas, páramos, embalses y quizás un monasterio escondido en la montaña.
Sí, es ideal para quienes vuelan por primera vez. Hay un briefing previo que explica todo claramente.
Si aterrizas en Bello en lugar del punto inicial, el transporte de regreso a la oficina está incluido.
Sí, todos los participantes cuentan con seguro de asistencia médica durante la actividad.
El lugar es accesible para sillas de ruedas; los bebés pueden ir en cochecito; se permiten animales de servicio.
Tu día incluye todo: guía con piloto certificado y briefing previo (en inglés o español), seguro médico durante toda la aventura, acceso a su zona privada de despegue con vistas al Valle de Aburrá, y apoyo en su oficina física. Si aterrizas en Bello en vez del punto inicial, te llevan de vuelta sin complicaciones. También ofrecen ayuda con transporte si lo necesitas.
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