Despegarás con pilotos locales de toda la vida desde las colinas de Bello y volarás sobre Medellín, sintiendo el viento y viendo cascadas desde el aire. Todo el equipo está incluido y tu guía compartirá historias mientras flotas sobre la ciudad. No es solo adrenalina, es descubrir Medellín desde un lugar que solo conocen los locales.
Confieso que casi me echo para atrás justo antes de despegar — parado en esa ladera en Bello, a las afueras de Medellín, viendo cómo el viento movía la hierba. Nuestro piloto, Juan, sonrió y me contó que vuela desde niño. “Para nosotros es como respirar”, dijo, y eso me hizo reír pero también confiar un poco más. Cerca, unos niños jugaban con cometas y en el aire se colaba un aroma dulce de fruta de alguna merienda. Era una sensación extraña, pero familiar, para algo tan loco que estábamos a punto de hacer.
El arnés se sentía ajustado (pero nada incómodo), y cuando me enganché, Juan contó en voz baja — “tres, dos…” — y de repente mis pies ya no tocaban nada. Medellín se extendía abajo, con sus techos rojos y calles entrelazadas que parecían miniaturas. Escuchaba pájaros en algún lugar y el viento era más fuerte de lo que imaginaba. Al principio mis manos sudaban agarrando las correas, pero al cabo de un par de minutos me relajé y traté de mirar todo a la vez. Pasamos junto a cascadas escondidas entre el verde de las montañas — eso no me lo esperaba — y Juan me señaló dónde vive su familia. Me contó que ganaron un festival local con un corto sobre niños que hacen parapente en Bello; ahí entendí que para ellos esto es mucho más que un deporte, es su mundo.
Perdí la noción del tiempo allá arriba (creo que fueron unos 20 minutos), pero pudo haber sido más o menos — difícil saber cuando flotas así. El aterrizaje fue más suave de lo que imaginaba; mis piernas temblaban un poco, pero más por la emoción. Había gente esperando su turno, risas nerviosas por aquí y allá, y un niño pequeño saludando a cada piloto que aterrizaba como si fueran superhéroes. Sigo pensando en esa vista de Medellín — es imposible describirla con palabras.
Los vuelos suelen durar entre 15 y 30 minutos según las condiciones.
Sí, es para todos los niveles y los que nunca han volado son bienvenidos.
Los bebés y niños pequeños pueden participar, hay cochecitos disponibles.
Sí, tanto el transporte como todas las áreas son accesibles para sillas de ruedas.
Incluye arnés, casco y seguro para tu tranquilidad.
Sí, los animales de servicio están permitidos en la actividad.
Los vuelos despegan desde las colinas de Bello, justo a las afueras de Medellín.
Tu día incluye todo el equipo necesario como arnés y casco, seguro completo para que vueles tranquilo, y apoyo para accesibilidad si usas silla de ruedas o cochecito — así solo te concentras en disfrutar el vuelo sobre Medellín sin preocuparte por nada.
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