Vuela sobre cañones en la tirolina más larga de Colombia, baja por senderos hasta la cascada El Salto del Buey y relájate en hamacas gigantes suspendidas sobre valles verdes, todo con un guía local que se encarga de todo y recogida en tu hotel. Momentos que recordarás mucho después de volver a Medellín.
Lo primero que noté al salir cerca del ecoparque fue el olor: fresco, verde y un poco húmedo. Nuestro guía Andrés sonrió al verme mirando los cables arriba y me dijo, “No te preocupes, te vas a acostumbrar.” No supe si hablaba de la altura o de los nervios. La tirolina en sí es larga, de esas que ves el otro extremo y piensas que no puede ser real. Cuando me aseguraron para el primer vuelo (700 metros cruzando un cañón), las manos me sudaban en el arnés, pero al lanzarme sentí una calma extraña. El viento se lleva todo de tu cabeza, solo escuchas el aire y tu propio corazón.
No esperaba sudar tanto en la caminata hacia la cascada El Salto del Buey. Son unos 30 minutos entre árboles densos y rocas que se mueven bajo las botas — lleva buen calzado, créeme. Andrés señalaba pájaros que yo ni habría visto; en un momento se detuvo y me dio una guayaba silvestre pequeñita, ácida como nada. Al llegar a la base de la cascada (100 metros de altura), sentías la bruma en la cara antes de verla. Nos quedamos un rato en silencio, como si fuera necesario.
El almuerzo fue sencillo pero justo lo que necesitaba: frijoles, arroz y plátano frito — nada sofisticado, pero sabe mejor después de la caminata. Luego llegó lo que llaman “hamacas de ensueño,” colgadas a 150 metros sobre el valle. Recostarme con las piernas colgando en el vacío fue aterrador y a la vez relajante; no podía creer que estuviera suspendido así, rodeado de montañas y solo nubes abajo. En el camino de regreso a Medellín me di cuenta que casi no había mirado el celular en todo el día. Eso ya casi no me pasa.
Unos 90 minutos en transporte privado, ida y vuelta.
No, el almuerzo no está incluido; lleva efectivo para comprar comida en el ecoparque.
Debes pesar menos de 99 kg para hacer esta actividad.
Es de dificultad moderada, con terreno irregular, calificada 3.5 de 5.
No se recomienda para niños menores de 8 años.
Zapatos cómodos para caminar (nada de sandalias), ropa seca extra, repelente de mosquitos y efectivo en pesos colombianos.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel en Medellín.
Sí, se pueden pedir opciones vegetarianas al reservar.
Tu día incluye transporte privado desde tu hotel en Medellín, seguro completo durante las actividades, dos vuelos en tirolina que suman 1400 metros cruzando valles montañosos, caminata guiada hasta la base de la cascada El Salto del Buey, tiempo para relajarte en hamacas suspendidas a gran altura, y un guía local profesional que se encarga de que todo salga perfecto.
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