Viajarás desde Medellín por pueblos llenos de color hasta Guatapé, probando fresas con crema en Marinilla y tamarillo en Peñol. Navega por el lago hasta la misteriosa hacienda La Manuela de Pablo Escobar (con deportes de aventura si quieres), sube la Piedra del Peñol para vistas increíbles y pasea por las calles pintadas de Guatapé. Sabores auténticos, risas locales y más color del que imaginas.
No esperaba que las fresas con crema supieran tan diferentes en Marinilla — tal vez fue la forma en que nuestra guía Andrea las repartió, aún frías del mercado de la mañana. El viaje desde Medellín empezó con charlas y risas nerviosas (nunca había ido en un bus temático), pero para cuando cruzamos ese túnel larguísimo — dicen que el más largo de Latinoamérica — todos ya estábamos más relajados. En Peñol se sentía un aroma dulce a tierra y fruta cuando paramos, y alguien pasó un tamarillo con panela. No voy a mentir, no tenía ni idea a qué sabía, pero era ácido y dulce al mismo tiempo. La guía bromeó que “despertaría hasta al paisa más dormilón”. Quizá sí.
El paseo en barco por el lago fue más tranquilo de lo que imaginaba — solo el viento sobre el agua y un par de niños saludando desde la orilla. Llegamos a La Manuela, la antigua hacienda de Pablo Escobar, que ahora está en ruinas pero aún carga muchas historias. Algunos se animaron a jugar paintball o montar en cuatrimotos; yo me perdí entre azulejos rotos y pasto crecido, pensando en lo extraño que puede ser el pasado. Se escuchaban pavos reales por ahí (los oí gritar), y alguien probó el jet ski por primera vez — mucha agua salpicando y gritos en español. Todo se sentía un poco surrealista.
Subir la Piedra del Peñol es... bueno, 740 escalones suenan a mucho hasta que llegas a la mitad y notas que las piernas te tiemblan pero no quieres parar porque en cada curva aparece un nuevo pedazo de ese paisaje salvaje. Arriba me quedé quieto para recuperar el aliento mientras todos tomaban fotos. El almuerzo no está incluido, pero la verdad me gustó poder elegir lo que olía bien en uno de esos puestos cerca de la base — pescado frito con limón, por si te interesa. Caminar por Guatapé después fue como entrar en un cuadro; cada pared llena de colores que ni siquiera sé cómo nombrar. Un señor mayor pintaba zócalos y me guiñó un ojo cuando me pilló mirando demasiado tiempo.
El tour completo dura entre 10 y 12 horas, incluyendo todas las paradas desde Medellín y regreso.
No, el almuerzo no está incluido para que puedas escoger tu comida en Guatapé; sí se ofrecen snacks como fresas con crema.
Se puede subir la Piedra del Peñol pagando un extra (unos 6 USD); la entrada al parque está incluida.
Sí, en la hacienda La Manuela puedes elegir actividades opcionales como paintball, paseos en cuatrimoto o jet ski por un costo adicional.
Sí, hay un paseo en barco hasta la Hacienda La Manuela donde puedes explorar o unirte a las actividades de aventura.
Sí, el transporte ida y vuelta está incluido, saliendo desde un parque céntrico en Medellín.
Probarás fresas con crema en Marinilla y tamarillo con panela en Peñol como parte de la experiencia.
El tour es apto para todas las edades; los bebés pueden ir en brazos o usar cochecitos según sea necesario.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde Medellín en un bus temático, fresas con crema frescas en Marinilla, tamarillo con panela en Peñol, entrada a la Hacienda La Manuela en barco (con opciones de paintball o paseos en jet ski/cuatrimoto), tiempo libre en la Piedra del Peñol (subida opcional con costo extra), y mucho tiempo para explorar las calles coloridas de Guatapé antes de regresar.
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