Caminarás por senderos verdes, verás mariposas, nadarás en pozas cristalinas bajo las Cascadas Chicala y vivirás la esencia local en el soleado Payandé, todo a un paso de Ibagué.
La mañana comenzó en Aima Ibagué, donde tomamos un café rápido antes de dirigirnos a la terminal de buses. El viaje hacia Payandé no fue largo, justo el tiempo para ver cómo la ciudad se desvanecía entre colinas verdes. Al bajar, el aire se sentía más cálido, casi pegajoso, y se escuchaban pájaros incluso desde la carretera.
Nuestro guía, Andrés, señaló un sendero estrecho bordeado de flores silvestres y explicó que esta zona es famosa por sus mariposas—no estaba exagerando. Vimos algunas de un azul brillante revoloteando y hasta pasamos junto a un par de vacas que comían tranquilas bajo unos árboles. La caminata hasta las Cascadas Chicala tomó unos 20 minutos, pero se sintió como una pequeña aventura. Conviene llevar buen calzado; algunos tramos se embarran después de la lluvia.
Las cascadas en sí son algo especial—no son enormes ni estruendosas, pero hay un sonido constante del agua golpeando las rocas que parece ahogar todo lo demás. Los locales ya estaban nadando cuando llegamos. El agua es clara y fresca—casi fría al primer contacto—pero perfecta una vez dentro. Hay zonas poco profundas para remojar los pies y pozas más profundas si quieres nadar. La luz del sol cae a parches sobre las rocas, así que puedes calentarte rápido al salir.
El almuerzo fue sencillo pero contundente—arroz, pollo a la parrilla y jugo fresco de un vendedor cerca de la plaza principal. De regreso a Ibagué, todos lucían cansados por el sol pero felices. Si lo planeas bien, podrás disfrutar los últimos rayos de sol de la tarde a través de la ventana del bus mientras dejas Payandé atrás.
La caminata es moderada—unos 20 minutos con terreno algo irregular. La mayoría de personas con condición física promedio pueden hacerla sin problema.
Sí, hay zonas poco profundas y otras más profundas. Solo ten cuidado con las rocas resbaladizas y siempre verifica la profundidad antes de lanzarte.
Lleva calzado cómodo para caminar (puede haber barro), traje de baño, protector solar, agua y quizá una toalla o ropa para cambiarte.
El almuerzo está incluido—una comida local sencilla con bebida. Avísanos si tienes alguna necesidad alimentaria con anticipación.
Tu día incluye transporte público desde Ibagué a Payandé y regreso, almuerzo con bebida cerca de las cascadas, además de toda la guía durante el recorrido y en la zona de las cascadas.
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