Recorre el Mercado Bazurto de Cartagena con un guía local que conoce a todos por su nombre—prueba frutas tropicales directamente de los puestos, siente el ritmo de la cumbia en los pasillos estrechos y comparte risas con vendedores que regalan pequeños detalles solo por el gusto. Termina el día en el Restaurante Cecilia’s con un almuerzo tradicional que te quedará en la memoria mucho después de irte.
¿Alguna vez te has preguntado cómo huele realmente Cartagena? No esa imagen de postal, sino la ciudad de verdad. Eso pensaba mientras nuestro conductor nos abría paso en el tráfico de la mañana, con las ventanas abajo y el aire cargado de brisa marina mezclada con un aroma más intenso, casi ahumado. A solo diez minutos del Centro Histórico, de repente estábamos en el Mercado Bazurto, que nada tiene que ver con las fotos pulidas que ves en internet. Es ruidoso, lleno de gente, un caos que vibra de vida. Nuestro guía Luis me sonrió y me dio una fruta que nunca había visto: pitaya, me dijo, y me animó a probarla. Lo hice. Dulce pero con textura, el jugo me corría por la muñeca. Se rió cuando intenté repetir el nombre (lo hice fatal).
Seré sincero: algunas partes del Bazurto huelen fuerte—tripas de pescado y plátanos fritos compitiendo con el humo de un pequeño altar escondido detrás de un puesto. Pero la música está en todas partes, cumbia retumbando en altavoces viejos y gente cantando mientras pican cebolla o venden hierbas. Luis parecía conocer a todos; cada pocos pasos alguien le gritaba o le daba una palmada en la espalda. Nos contó que cada familia tiene su lugar aquí, pasado de generación en generación. Una mujer me metió un paquetito en la palma—“un regalo de buena suerte”, dijo—y me guiñó el ojo como si compartiéramos un secreto.
Si eliges la versión extendida (como hicimos nosotros), terminas en el Restaurante Cecilia’s—un sitio que por fuera no dice mucho, pero por dentro es un estallido de manteles coloridos y vapor saliendo de ollas enormes. El almuerzo fue sencillo: arroz, pescado, plátanos y un jugo tan frío que me dolían los dientes. Aún recuerdo esa primera cucharada de arroz con coco—sabía a hogar, aunque nunca había estado allí antes.
Al salir después de comer, me sentí como aturdido—como si hubiéramos entrado por unas horas en la vida cotidiana de alguien más y luego nos hubiéramos escabullido sin hacer ruido. No hay forma de conocer Cartagena de verdad sin venir aquí al menos una vez. Y sí, algunos olores se quedan en la ropa un rato—pero también las historias.
Está a unos 10 minutos en carro desde el Centro Histórico hasta el Mercado Bazurto.
Sí, el tour incluye transporte privado y recogida en el hotel.
La versión extendida incluye frutas tropicales, jugos frescos y un almuerzo tradicional en el Restaurante Cecilia’s.
Sí, espera olores intensos como pescado y comida frita en todo el mercado.
No, por las superficies irregulares no se recomienda para personas con dificultades para caminar o en silla de ruedas.
Sí, cada experiencia incluye una donación a Fem Colombia, que apoya a comunidades afrodescendientes e indígenas.
Los niños pueden participar pero deben ir acompañados de un adulto.
Tu día incluye recogida privada en el hotel de Cartagena, exploración guiada del Mercado Bazurto con locales que comparten sus historias (y a veces pequeños regalos), momentos de música en vivo y encuentros con arte en el camino—y si eliges la versión extendida, frutas tropicales, jugos frescos y un almuerzo tradicional en el Restaurante Cecilia’s antes de regresar cómodamente.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?