Navega por la bahía de Cartagena en un auténtico barco pirata al atardecer, disfrutando cócteles ilimitados mientras se encienden las luces de la ciudad. Prepárate para cañonazos, vistas del skyline, disfraces para fotos y relatos de una tripulación local llena de vida. Un plan relajado pero lleno de sorpresas — seguro terminas riendo disfrazado con nuevos amigos antes de darte cuenta.
Confieso que casi me da un poco de vergüenza cuando la tripulación me pasó un sombrero de pirata — no es mi estilo habitual. Pero para entonces, la música ya estaba a todo volumen y alguien (quizá yo) había derramado un poco de Pirates’ Punch en su camisa. Zarpamos de Cartagena justo cuando el cielo empezó a teñirse de ese naranja rosado que sólo se ve cerca del mar. El barco era todo madera y cuerdas, con ese crujido que te hace pensar que guarda mil historias — o tal vez era nuestro guía, que entre bromas sobre loros y ron nos iba contando pedacitos de historia.
El skyline de Bocagrande desde el agua parecía de otro mundo — torres de cristal reflejando la última luz mientras navegábamos. Nuestro guía señaló el Castillo de San Felipe de Barajas a lo lejos, contándonos cómo resistió asedios y tormentas. Traté de imaginar cómo sería esta bahía hace siglos, con cañones listos (y de repente — ¡boom! — dispararon uno para nosotros; se me subió el corazón a la garganta). Todos se rieron de mi reacción, menos Li, que casi se le cae su limonada de coco.
Hubo un momento al pasar Isla Grande donde todo se quedó en silencio — sólo el viento, el aire salado y una cumbia lejana de otro barco. Me apoyé en la baranda con mi vaso de recuerdo, pensando lo raro que es sentirse tan lejos de casa pero a la vez tan cómodo entre extraños disfrazados de piratas. La barra libre ayudó, claro, pero fue algo más. Hasta ahora, si cierro los ojos, aún puedo oler esa mezcla de brisa marina y ponche dulce.
Sí, incluye cócteles ilimitados de Pirates’ Punch y limonada de coco (con o sin ron).
No, no se menciona recogida; tendrás que llegar por tu cuenta al punto de partida.
Sí, puedes usar disfraces de pirata para tus fotos durante el crucero.
Sí, el barco cuenta con baño para los pasajeros.
Sí, se permiten bebés y niños pequeños; se pueden llevar cochecitos y los bebés deben ir en el regazo de un adulto.
Verás el Castillo de San Felipe de Barajas, el skyline de Bocagrande, Isla Grande, y los barrios de Laguito y Castillo Grande.
No, sólo están incluidos los tragos de la barra libre, no comida.
No se especifica la duración exacta; suele durar entre 1 y 2 horas, típico de un crucero al atardecer por la bahía.
Tu noche incluye barra libre con cócteles como Pirates’ Punch y limonada de coco (con o sin ron), disfraces de pirata para fotos, show en vivo de cañones por la tripulación local, vaso de recuerdo para llevar, y acceso a baños a bordo mientras navegas por los sitios históricos de la bahía de Cartagena.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?