Te pondrás el arnés al borde del Cañón del Chicamocha con un piloto local experto y correrás directo hacia el cielo abierto — flotando alto sobre el río y las montañas. Prepárate para vistas salvajes, risas rápidas con tu guía, agua embotellada al aterrizar y una sensación que se queda mucho después de que tus pies toquen tierra.
Lo primero que me llamó la atención fue el olor del viento — un aroma seco, como a hierba y piedra calentada por el sol. De pie al borde del Cañón del Chicamocha, intentaba mirar hacia abajo pero mis rodillas no me ayudaban. Nuestro piloto, Andrés, sonrió y ajustó las correas de mi arnés. Me contó que lleva más de diez años volando aquí y prometió no hacer acrobacias a menos que yo lo pidiera (no lo hice). El despegue fue sorprendentemente sencillo — unos pasos adelante y de repente mis pies ya no tocaban nada.
No sé cuánto tiempo estuvimos flotando — ¿quince minutos quizá? El tiempo se siente distinto allá arriba. El río abajo parecía un hilo plateado que serpenteaba entre ese enorme cañón verde y marrón. A lo lejos se veía la Mesa de los Santos, Andrés me la señaló en español y luego cambió al inglés cuando lo miré sin entender. Hubo un momento en que todo quedó en silencio salvo el viento en mis oídos y su voz explicando que volar en parapente sobre Chicamocha es único en Colombia por las corrientes térmicas que salen de las rocas.
Aterrizar fue casi tan raro como despegar — un minuto eres un ave, al siguiente tus zapatillas rozan la grava otra vez. Tenía las manos temblando, pero no de miedo, más bien de adrenalina o de no creer que realmente lo había hecho. Alguien me dio una botella de agua y me di cuenta que tenía la boca seca de tanto sonreír. Si estás pensando en una escapada desde Bucaramanga o San Gil, este vuelo en parapente vale cada foto incómoda con casco. A veces todavía recuerdo esa vista cuando escucho el viento afuera.
El vuelo suele durar unos 15 minutos, según las condiciones del clima.
Sí, el agua embotellada está incluida durante la experiencia.
No se recomienda para embarazadas, personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares.
Los bebés y niños pequeños pueden estar en cochecito en el lugar, pero no pueden volar en parapente.
Los animales de servicio pueden estar en el sitio, pero no pueden participar en el vuelo.
Sí, hay opciones de transporte público cerca para llegar al cañón.
Tu día incluye todo el equipo técnico necesario para el parapente y agua embotellada después del vuelo; te asignarán un piloto local experimentado que se encargará del despegue y aterrizaje para que solo disfrutes las vistas del cañón sin preocuparte por nada.
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