Camina por las salinas con trabajadores locales cerca de Manaure, comparte historias junto al fuego con anfitrionas Wayuu en Cabo de la Vela, sube las dunas de Taroa donde la arena del Sahara se encuentra con el Caribe, y llega hasta Punta Gallinas, el extremo norte de Sudamérica. Ríe con comidas sencillas y disfruta silencios bajo cielos inmensos.
Manos recogiendo cristales en las Salinas de Manaure — así empezó nuestro viaje. Había visto fotos antes, pero estar ahí con el sol reflejándose en esas piscinas blancas se siente distinto. Los trabajadores locales casi ni nos notaban, seguían con su ritmo. Nuestro guía (creo que se llamaba Luis) nos contó cómo este proceso se ha transmitido de generación en generación. Intenté decir “sal” en wayuunaiki — Li se rió cuando lo dije mal, pero valoró el intento.
El camino hacia Cabo de la Vela se sintió largo pero extrañamente tranquilo. Arena por todos lados y de repente un estallido de amarillo en Playa Dorada. Almorzamos pescado con arroz en nuestro alojamiento — después de tanto polvo, sabía a gloria. Más tarde subimos la colina del pilar de azúcar; algunos caminamos, otros se quedaron tomando fotos. El viento allá arriba no es broma. Esa noche, junto al fuego con las mujeres Wayuu tejiendo y contando historias… recuerdo el olor a humo mezclado con aire marino y el sonido lejano de un vallenato en un teléfono.
A la mañana siguiente: desayuno justo cuando el cielo se pintaba de rosa (yo no soy mucho de madrugar). Paramos en Bahía Honda y Bahía Portete — perdí la cuenta de cuál era cuál porque al final todas se mezclan en la memoria. Pero las dunas de Taroa no se olvidan. Es increíble ver la arena del Sahara encontrarse con el agua fría del Caribe — dicen que de marzo a mayo es cuando más arena sopla. Intenté bajar corriendo una duna pero terminé rodando; todavía tengo arena en los zapatos.
El faro de Punta Gallinas me sorprendió — no tanto por la vista (que es amplia y abierta), sino por saber que estás en el punto más al norte de Sudamérica. La cena esa noche fue tranquila; todos cansados pero felices. El último día fuimos temprano a la playa Mayapo — el viento soplaba tan fuerte que te desordenaba el pelo por días, y ya había kitesurfistas en el agua. Luego, un viaje rápido de regreso a Riohacha o a donde cada quien siguiera su camino. Todavía pienso en ese último tramo de carretera vacía antes de que volviera la rutina.
Incluye 2 noches de alojamiento con familias locales.
No, este tour es en Alta Guajira y no incluye Machu Picchu ni Cusco.
En la playa de las dunas de Taroa sí se puede nadar, pero no en algunas zonas rocosas; siempre sigue las indicaciones locales.
Sí, participarás en sesiones de tejido artesanal y escucharás historias Wayuu alrededor del fuego.
Todo el transporte terrestre entre los sitios durante los 3 días está incluido.
Sí, se incluye un seguro básico de salud para todos los participantes durante el viaje.
No, no es recomendable para embarazadas ni bebés debido a las condiciones del clima y el terreno.
El tour finaliza en Riohacha, desde donde puedes continuar tu aventura.
Tu viaje de tres días incluye recogida en alojamientos o punto de encuentro en Riohacha, todo el transporte terrestre por la costa norte salvaje de La Guajira, dos noches con familias locales (habitaciones privadas o compartidas según grupo), comidas según itinerario con almuerzos de pescado fresco y desayunos sencillos, visitas guiadas por salinas y bahías, actividades culturales con artesanos Wayuu como demostraciones de tejido a la luz del fuego, además de seguro básico de salud durante todo el recorrido.
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