Si quieres descubrir el verdadero Suzhou—sus jardines, museos, calles antiguas y vida en los canales—esta excursión privada lo abarca todo en un día relajado con una guía local amable.
Temprano por la mañana, paseamos por la calle Pingjiang. El antiguo camino de piedra corre justo al lado del canal; a veces se percibe el aroma de bollos al vapor desde un pequeño puesto de desayuno escondido en un callejón. Los vecinos aún cuelgan la ropa en cañas de bambú sobre el agua. Nuestra guía, la señora Li, nos señaló una casa de té que fue hogar de un poeta de la dinastía Qing. Aquí es fácil perder la noción del tiempo; a cada pocos pasos aparece un callejón estrecho o un pequeño puente para cruzar. Incluso vi un gato dormitando en el alféizar de una ventana tras unas persianas de madera desgastadas.
Luego visitamos el Museo de Suzhou, justo a la vuelta de la esquina del Jardín del Administrador Humilde. El edificio en sí es algo especial—diseñado por I.M. Pei, con líneas definidas y paredes blancas que encajan perfectamente con el ambiente antiguo de la ciudad. En su interior vimos delicados cuencos de celadón y pinturas en seda de siglos atrás. La señora Li nos explicó cómo Suzhou fue famosa por sus eruditos y artistas; esa historia se siente de verdad al estar rodeado de estos tesoros.
El Jardín del Administrador Humilde fue nuestra siguiente parada. Aunque su nombre dice “humilde”, no parece pequeño: estanques con flores de loto, senderos serpenteantes entre bosques de bambú y pabellones donde se escuchan los cantos de los pájaros sobre el agua. Lo visitamos a media mañana, cuando estaba tranquilo salvo por el suave chapoteo de los koi en el estanque y algún jardinero podando bonsáis. Nuestra guía nos contó que este jardín existe desde el siglo XVI y es uno de los mejores ejemplos del diseño clásico de paisajes en China.
Después del almuerzo (yo opté por unos fideos en un pequeño local cerca del museo), nos dirigimos a Tongli, el pueblo acuático. Aquí el ritmo se ralentiza: un barquero nos llevó por estrechos canales bordeados de sauces y puentes de piedra arqueados. Verás a los lugareños lavando verduras al borde del agua o charlando en sus puertas mientras las barcas pasan deslizándose. Paramos en el Jardín Tuisi (“Retiro y Reflexión”), que parece escondido tras altos muros; dentro hay barcos de mármol y rocallas que parecen sacadas de una pintura antigua.
¡Sí! La ruta es accesible para cochecitos y hay muchos lugares para descansar durante el recorrido.
Por supuesto—solo indícanos tu preferencia al reservar para que lo organicemos.
Sí, las tarifas de acceso a todos los sitios mencionados están cubiertas en el paquete de la excursión.
El transporte privado está incluido durante todo el día para tu comodidad y conveniencia.
Entradas incluidas, transporte privado entre sitios, comentarios guiados por un experto local, paseo en barco por los canales de Tongli, y opciones flexibles para las comidas—todo organizado para que solo disfrutes explorando Suzhou.
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