Si quieres conocer los principales atractivos de Beijing sin multitudes ni complicaciones, esta excursión privada desde el Puerto de Cruceros Tianjin lo tiene todo: caminatas por la Gran Muralla, rincones escondidos de la Ciudad Prohibida, comida auténtica local, además de traslados cómodos y guías expertos que conocen cada detalle.
El aire de la mañana en el Puerto de Cruceros Tianjin tenía un toque salado y fresco cuando conocimos a nuestra guía—ya nos saludaba desde la puerta de llegadas, sosteniendo un cartel con mi nombre. El trayecto hacia Beijing duró unas dos horas y media, pero la verdad es que se pasó rápido. Nuestro conductor mantuvo el coche fresco y hasta nos señaló algunos puestos curiosos de frutas a la orilla del camino. Al llegar a la Gran Muralla de Mutianyu, se olía el pino y se escuchaba el murmullo de vendedores locales ofreciendo castañas asadas cerca de la entrada. Subimos en teleférico (mis rodillas me lo agradecieron), y la guía nos llevó por un tramo más tranquilo donde se oían pájaros en lugar de multitudes. La muralla en sí es imponente—las fotos no le hacen justicia. Después, paramos a almorzar en un pequeño restaurante familiar en Huairou; sus fideos zhajiangmian eran sencillos pero perfectos después de tanto caminar.
De regreso en la ciudad de Beijing a última hora de la tarde, tuvimos tiempo para refrescarnos en el hotel antes de salir a un espectáculo de acrobacias—nuestros asientos estaban tan cerca que podíamos ver cada detalle de los trajes de los artistas. La mañana siguiente empezó temprano con un desayuno rápido (tomé unos baozi de un vendedor callejero frente al hotel). En la Plaza Tian’anmen, nuestra guía nos hizo saltar las largas filas—se sintió como hacer trampa, pero no me quejé. Compartió historias sobre la historia de la plaza que nunca había escuchado antes. Dentro de la Ciudad Prohibida, evitamos a la mayoría de los grupos grandes y paseamos por patios más tranquilos donde casi podías imaginar cómo era la vida hace siglos. El almuerzo fue en otro lugar local—esta vez pato pekinés cortado al momento en nuestra mesa. La última parada fue el Palacio de Verano; las flores de loto comenzaban a florecer en el lago Kunming y una brisa suave hacía que todo se sintiera en calma después del bullicio de la ciudad. Nuestro conductor nos llevó de vuelta al puerto de Tianjin justo a tiempo para el embarque.
¡Por supuesto! Solo dinos tus intereses o lugares imprescindibles—ajustaremos el itinerario para que se adapte a tus preferencias y tiempos.
Sí, es accesible para sillas de ruedas y podemos hacer arreglos adicionales si es necesario. Avísanos con anticipación para que todo salga perfecto.
El puerto está a unos 190 km—normalmente se tarda alrededor de 2.5 horas en coche, dependiendo del tráfico.
Las comidas no están incluidas, pero nuestra guía recomendará excelentes restaurantes locales donde podrás probar platos auténticos de Beijing.
Tu viaje incluye transporte privado en vehículo con aire acondicionado de principio a fin, un guía de habla inglesa que conoce Beijing al detalle, todos los peajes y estacionamientos cubiertos, además de acceso sin colas en sitios clave como la Plaza Tian’anmen y la Ciudad Prohibida. También nos encargamos de reservar las entradas con antelación para que no tengas que preocuparte por agotamientos.
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